Bolichera 21, cebichería peruana en CDMX

Bolichera 21 es un lugar de especialidad en cocina peruana que ofrece lo mejor de la cebichería de barrio y comida criolla casera de Perú, pero se fusiona con ingredientes locales de México y mariscos frescos únicos en la ciudad. 

Ubicada en la colonia Del Valle, Bolichera 21 es una cebichería tradicional de barrio que ofrece tanto cebiches peruanos como platillos de la comida criolla de Perú. La idea del lugar es acercar a los comensales locales con sabores a los que no estamos necesariamente acostumbrados; nuestra tradición de cocina marina es distinta a la peruana y vale la pena conocer este otro sazón. 

Comida

Las porciones de cada plato son generosas y vale la pena pedir varias cosas al centro y compartir para probar un poco de todo. El cebiche clásico tiene granos de maíz fritos, leche de tigre y camote; el balance de sabores ácidos y dulces generan una grata sorpresa. El tiradito charro negro tiene sabores más locales, el jugito incorpora tortilla tatemada y un chicharrón de calamar muy crujiente. Cabe aclarar que acá los cebiches se sirven sin tostadas ni acompañamientos, la idea es que cada bocado mezcle los sabores y las texturas sin la necesidad local de acompañarlo con tostadas o galletas. 

El chaufa clásico (arroz peruano) con mariscos del día y vegetales salteados, se va modificando con ingredientes de temporada y también es perfecto para compartir. Y para terminar, el boli dulce está hecho de una panna cotta de lavanda con dulce de leche y frutos rojos es una opción ligera que no empalaga.

Bebidas

Del bar, puedes encontrar tanto bebidas con y sin alcohol. Los cocteles especiales del lugar resaltan el destilado peruano pisco, ya sea en un Pisco Sour o el Nazca botánico. También hay cervezas convencionales y artesanales y hasta Inca Kola, un refresco típico de la región. 

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En Bolichera 21 cada platillo se hace con cariño y está lleno de sabor. El ambiente del lugar es familiar y el único punto que podría mejorar es el diseño del ambiente que en su interior se siente un poco apretado y de mobiliario bastante genérico; aunque hay opción de sentarse al exterior para vivir otra experiencia.