¿ES POSIBLE SER PROVIDA Y AL MISMO TIEMPO RESPETAR EL DERECHO DE LAS MUJERES A DECIDIR SOBRE SU PROPIO CUERPO?
La falsa dicotomía entre “pro derecho a decidir” y “provida” es difícil de matizar (y a veces es contraproducente), pero lo cierto es que muchas personas se encuentran en un intermedio indeciso. Mis padres, por ejemplo, fieles católicos, mantienen una firme convicción de que todas las vidas tienen valor y es necesario salvarlas en todos los escenarios posibles, pero rechazan que la única forma para lograrlo sea criminalizando a las mujeres y a los médicos. No están a favor del aborto, pero entienden que es una situación crítica. ¿Es posible ser provida y al mismo tiempo respetar el derecho de las mujeres a decidir por su propio cuerpo?
Pues sí: existen acciones que han funcionado y funcionan para reducir la cantidad de embarazos no deseados —y abortos— fuera de un esquema punitivo. Así que para todos sus familiares con creencias religiosas fuertemente arraigadas, aquí les presento una breve guía (que no es ni nueva ni exhaustiva) para prevenir futuros abortos.
*Ésta busca ser una puerta de entrada otras perspectivas al tema (narrada por nuestro colaborador Pablo Valdés) y dar información básica, si alguno de los puntos te parecce importante recomendamos acercarte a organizaciones especializadas.
Promovamos la vasectomía, el uso del condón y la responsabilidad masculina en las relaciones.
La vasectomía es una operación segura y, en muchos casos, gratuita, que no requiere de mayor acción fuera de decidir no tener hijos en un futuro (algo que, de por sí, deciden muchos millenials y centenials hoy en día). También es una de las formas más certera de prevenir embarazos (y paternidades) no deseados, aunque no previene la transmisión de ETS. Ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.
Aunque a los menores de 25 años sin hijos se les aconseja por regla general no hacerse una vasectomía (ya que “pudieran arrepentirse”), la decisión es completamente tuya por ley. [NORMA OFICIAL MEXICANA, NOM 005-SSA2-1993, De los Servicios de Planificación Familiar 4.4.1.4 La consejería facilita el proceso de decisión de utilizar o no un método anticonceptivo. La decisión del usuario debe ser respetada en forma absoluta y por ningún motivo se inducirá la aceptación de un método anticonceptivo en especial.]
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De cualquier forma, también existirá muy pronto un método anticonceptivo masculino, por lo que no habrá excusa alguna de realizar nuestra parte: ya sea con condón, con inyección o con vasectomía, los hombres podemos prevenir un embarazo no deseado, y ser responsables en nuestras relaciones.
Aboguemos por una reforma al sistema de adopciones (¡y adopta!)
El sistema mexicano de adopciones es extremadamente complicado, lento e ineficiente. Actualmente se estima que hay 30 mil menores en espera de ser adoptados en el país; la gran mayoría nunca serán adoptados; (en 2019-2020, apenas 865 menores fueron adoptados). Esto aunado a los 195 mil niñas y niños huérfanos a causa de la pandemia de COVID-19.
Los riesgos son grandes: desde el posible abuso hasta el mercado negro de menores, los niños tienen una gran vulnerabilidad frente a los posibles adoptantes. Sin embargo, los procesos de adopción en México pueden durar de 3 a 5 años. La burocracia, la corrupción y la falta de interés permean en cada búsqueda de adopción. Ni siquiera existe un registro actualizado de los niños y niñas que pueden ser adoptados (una tarea del DIF); pese a que esto fue dictaminado por ley. Nueve de cada diez albergues son privados, lo cual no necesariamente es malo, pero sí reina la opacidad en la información. Y los albergues no están excentos de abusos, violaciones, trata, etc.
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Si honestamente queremos promover la adopción como una alternativa real frente al aborto (sin obligar nunca a una mujer a parir); y también queremos hacer algo por los niños ya nacidos, necesitamos renovar con urgencia el sistema de adopciones y promover también una cultura de la adopción.
Promovamos una educación sexual clara, temprana y de calidad
Y no: la educación sexual no les dice a los niños cómo tener relaciones sexuales. Sí promueve el autoconocimiento, el respeto a tu propio cuerpo y al cuerpo de los demás, y los distintos usos de los métodos anticonceptivos; por lo que una educación sexual efectiva es de las mejores armas para prevenir las agresiones sexuales, las ETS, el embarazo no deseado; y, por ende, el aborto —a pesar de lo impensable que pueda resultar para algunas convicciones religiosas. Sin embargo, existe clara evidencia de que la educación sexual basada únicamente en la abstinencia no disminuye las relaciones sexuales ni el embarazo adolescente, por lo que la educación sexual debe ser íntegra.
Denunciemos y prevengamos la violencia sexual en la familia, eduquemos a nuestros hijos en el respeto a las mujeres
60% de los abusos sexuales son cometidos en el hogar de la víctima, y cuatro de cada 10 víctimas son menores de 15 años. El abuso sexual es cometido por parte de familiares, amigos o vecinos; en nuestras propias familias. Y es en nuestras propias familias en donde podemos comenzar a combatirlo y prevenirlo (previniendo, además, embarazos no deseados y traumas familiares).
Ofrezcamos opciones financieras reales y redes comunitarias para las madres solteras
Dos de las causas más comunes por las cuales se busca un aborto son la falta de una pareja estable y madura; y los motivos económicos —aunque hay que aclarar que no son las únicas razones (ni las únicas válidas) por las que una mujer decide abortar.
Con el estigma de ser una “mamá luchona”, las madres solteras enfrentan enormes dificultades de todo tipo: carecen de tiempo para el cuidado (debido al trabajo), enfrentan dificultades económicas, además de su reducido acceso a redes comunitarias, debido principalmente al estigma asociado con su maternidad. Con mayores opciones financieras y comunitarias, aumentan las opciones reales de maternidad. Esto implica, también, fortalecer económicamente y con personal capacitado los refugios para mujeres y los centros de justicia; una gran demanda de grupos feministas, así como la aprobación del Sistema Nacional de Cuidados.
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En resumen: para quienes desean sinceramente disminuir la cantidad de abortos en el país, mínimo apoyen directa e indirectamente, con dinero, cuidado, comida, apoyo emocional, etc. a quienes sí decidan tener a su hijo/a, y combatan el estigma en sus círculos sociales. Conviertan a la maternidad en soltería en una opción deseable, y no en un castigo innecesario.
De 2007 a 2018, de acuerdo con la Secretaría de Salud en la Ciudad de México, se han realizado 199.230 abortos. Se estima que a nivel nacional la cifra de abortos clandestinos alcanzó el millón. Una cifra escandalosa para algunos grupos que están protestando frente a la SCJN, aunque no tengan un plan claro de vida para los niños que profesan querer salvar.
Si desean en verdad salvar un millón de vidas en los diez años que siguen, valdría la pena ahondar en estos y muchos otros temas que continúan pendiente; en lugar de perseguir a los médicos y las mujeres que enfrentan tantas dificultades.
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TEXTO: Pablo Valdes
Fecha de Publicación:
Jueves 09/09 2021
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