Viviendas sostenibles: Sueño del pasado y reto del presente

La sostenibilidad se está convirtiendo en uno de los pilares de la sociedad del futuro. La ropa, los procesos e incluso los eventos han comenzado a mirar hacia alternativas que beneficien al medio ambiente, a la economía y a la sociedad. Como seres sedentarios uno de los lugares en los que más tiempo permanecemos es en nuestros hogares, los cuales involucran múltiples elementos y servicios que pueden relacionarse a la sostenibilidad. 

Según el World Economic Forum, la generación Z es la más preocupada por las decisiones de compra que afecten al medio ambiente, a su vez, están influenciando a otros grupos de edad sobre este tema. En respuesta a esto, múltiples empresas han comenzado a implementar medidas más responsables. Un ejemplo de ello son las casas y desarrollos sustentables. Y aunque sabemos que esta evolución es muy necesaria, ¿México está listo para este cambio?

¿Mi casa contamina?

De acuerdo al World Watch Institute, el sector de la construcción produce 23% de la contaminación atmosférica, 40% de la polución del agua potable y 50% de los residuos. Además, utiliza el 25% de la madera virgen al año. 

Por su puesto, las cifras no paran en la construcción, pues en su ciclo de vida una casa tendrá más impactos. Según la Comisión de Agua de Querétaro, una familia mexicana de 4 personas gasta más de 680 litros por día, esto equivale a 6 tinacos por semana. Igualmente, de acuerdo a la Universidad de Colima, las emisiones de CO₂ de una vivienda ascienden a 1.89 toneladas por año. En cuanto al gas LP, se consumen 385.76 litros anualmente.

¿Qué debe tener una casa para ser sostenible?

El Censo Nacional de Vivienda más reciente indica que en México hay 35.2 millones de casas, de las cuales sólo 233,274 tienen características sostenibles. 

Una vivienda sostenible es un sistema creado para aprovechar de la mejor manera posible los recursos naturales. Garantiza una generación limpia de los servicios para el desarrollo de la vida diaria. Desde su creación es diseñada para adaptarse al clima, a la fauna y flora del espacio. Posteriormente, debe contar con paneles y calentadores solares, un sistema de captación de lluvia, focos ahorradores, inodoros y regaderas de bajo consumo de agua, huertos, entre otras cosas. 

Uno de los proyectos que están apostando por los desarrollos sostenibles es Aldea Cantalagua de San Miguel Properties. Este proyecto se autodenomina como una comunidad sustentable que se encuentra en San Miguel de Allende, Guanajuato. Tiene el objetivo de ser un refugio donde las personas puedan reconectar con la naturaleza y llevar un estilo de vida saludable y equilibrado. 

Estas viviendas sostenibles proponen implementar reciclaje de residuos, energía renovable, agricultura orgánica, eficiencia energética, captación de lluvias y sistemas de preservación de flora y fauna locales.

¿Las viviendas sostenibles son espacios utópicos?

El futuro sostenible no sólo está a cargo de las grandes compañías, es un compromiso general. Ante estas nuevas propuestas no podemos evitar cuestionar ¿cómo aseguramos que todas las personas que se integren a las viviendas sostenibles seguirán al pie de la letra los requerimientos de un proyecto de este estilo? Aldea Cantalagua plantea ofrecer capacitaciones y asesoramiento a los residentes sobre las eco-tecnias disponibles y su correcta instalación, pero ¿esto es suficiente?

Sin duda alguna, este tipo de desarrollos traen consigo un sin fin de retos. Por ejemplo, las certificaciones que requieren para ser considerados sostenibles son muy costosas y pueden representar un impedimento para el avance de los proyectos. No obstante, como usuarios podemos comenzar a demandar más características que apelen a la eficacia ambiental, social y económica. Igualmente, no debemos olvidar que estas viviendas son costosas, por lo cual no todas las personas de México pueden acceder a ellas, pero paso a paso podríamos realizar pequeñas acciones como cambiar a focos ahorradores para aportar a la transición.