DURANTE DÉCADAS, LA MAYORÍA DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (Y EN EL MUNDO) HAN SIDO PLANIFICADAS Y DISEÑADAS POR Y PARA HOMBRES
Las desigualdades afectan a las mujeres en realidades y áreas que muchas veces parecen inimaginables. Desde el sector ambiental hasta el nuclear, las mujeres y las minorías son las más afectadas, pero constantemente ignoradas. Desgraciadamente, el urbanismo y la arquitectura no se quedan atrás.
¿Cómo es que la arquitectura es un tema de género? ¿Existen ciudades para hombres y otras para mujeres? Para explorar estas cuestiones, hay que investigar una realidad.
La desigualdad de género reflejada desde el urbanismo
Desde hace siglos, las ciudades han sido planificadas y diseñadas por hombres y para hombres, por eso, tienden a reflejar los roles de género tradicionales y la división del trabajo en función del género. De hecho, la última investigación expuesta por el Banco Mundial en el Manual para la planificación y el diseño urbanos con perspectiva de género, señala que las mujeres ocupan solo el 10 % de los puestos más importantes en los principales estudios de arquitectura del mundo. Por consiguiente, las ciudades resultan más adecuadas para los hombres heterosexuales, cisgénero y sin discapacidades que para las mujeres, las niñas, las minorías sexuales y de género, y las personas con discapacidades.
Las consecuencias de un urbanismo exclusivo
La gran mayoría de las ciudades en América Latina están construidas para un usuario masculino o “neutro”, lo que vuelve a la arquitectura un problema de género. Aunado a esto, el ignorar a las mujeres y minorías en el desarrollo de espacios urbanos tiene resultados graves no solo en el contexto social, sino también económico.
Durante años, el mal manejo del diseño urbano ha traído consecuencias como impedir el acceso a una educación de calidad y a un sistema de salud adecuado a miles de jóvenes, debido a la inseguridad de las rutas, que no cuentan ni con los recursos mínimos necesarios para trasladarse. Esto se ve reflejado, por ejemplo, en la poca o nula iluminación en vía pública, la falta del cableado o tecnologías para la señal telefónica e incluso en la falta de acceso a transportes públicos.
Desgraciadamente, la urbanización no está pensada para crear espacios seguros que busquen prevenir situaciones de abusos y violencia, especialmente contra las mujeres. Esto es aún más visible en los procesos de planificación y diseño comunitario, en los que las mujeres, las niñas, y las minorías sexuales y de género son pocas veces convocadas.
Lo cierto es que el espacio urbano define gran parte de nuestra vida como sociedad y comunidad, por eso en esta área también se ven reflejados los estereotipos y las desigualdades de género que se han propagado por generaciones.
La arquitectura como una solución de género
Es importante establecer que si bien la problemática de la urbanización y la desigualdad de género están conectadas, también lo están las soluciones. El diseño y planificación de las ciudades moldean no solo realidades, sino también visiones que trascienden a cambios sistemáticos. Involucrar a las niñas, mujeres y minorías en los espacios críticos para el diseño de la arquitectura en comunidades es una solución trascendental a la problemática de género y exponer las fallas del urbanismo actual nos dará las herramientas necesarias para identificar soluciones a problemas sistemáticos que han sido ignorados por décadas.
Texto publicado originalmente el miércoles 27/09, 2023 en colaboración con Girl Up México.
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Montserrat forma parte de la comunidad de Girl Up México, un movimiento liderado por juventudes apasionadas por capacitar, inspirar y conectar con otras activistas por la igualdad de género y el cambio social. Para conocer más de Girl Up México y cómo sus programas crean un mundo más equitativo y justo para las niñas y mujeres de la región, entra a girlup.org/Mexico
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TEXTO: María José Palomeque
Fecha de Publicación:
Actualización miércoles 06/03, 2024
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