LOS MUSEOS Y LAS GALERÍAS DEBEN SER ESPACIOS INCLUYENTES, YA QUE EL ARTE ES UN DERECHO HUMANO Y SU DISFRUTE DEBE SER ACCESIBLE PARA TODOS. POR LO TANTO, NOS PREGUNTAMOS: ¿EXISTE CAPACITISMO EN LOS MUSEOS?

El capacitismo en las exposiciones de arte es una problemática constante, tanto en museos como en galerías. Los esfuerzos para la generación de espacios inclusivos son pocos o caen en reforzar estereotipos hacia las personas que viven con una discapacidad.

Los museos y las galerías deben ser espacios incluyentes, ya que el arte es un derecho humano y su disfrute debe ser accesible para todos. Sin embargo, esto no es una realidad para muchas personas que viven con una discapacidad.

Cuando hablamos de accesibilidad, se nos pueden venir muchas ideas a la cabeza, ya que puede resultar uno de esos términos sobreentendidos y poco analizados. Pensamos en accesibilidad como la capacidad de poder acceder a un espacio de manera física y todo lo que eso implica, el famoso “voy a poner una rampa por aquí y ya está”; rara vez se hacen análisis o se trabaja con especialistas, no se cuentan con herramientas sociales por parte de los colaboradores y muchas veces se cae en el capacitismo.

¿Qué es el capacitismo?

Para resolver esta y otras dudas más, acudí a Enrique “Kike” Vázquez, psicólogo clínico, standupero y activista por los derechos de las personas que viven con una discapacidad. Kike me contó que se trata de un fenómeno complejo: “Para mi [es] el prejuicio que se tiene de que existe una corporalidad física dominante que todo lo que se salga de esa corporalidad física dominante esta mal, de alguna forma.”

Eso quiere decir que se juzga a partir de una corporalidad y funcionalidad generalizadas, donde si tú no cubres las características hegemónicas, se te excluye, porque se considera que no puedes hacer o entender cierta cosa, no puedes realizar cierta actividad o acceder a cierto lugar. Como dice Kike: ‘[muchos creen] Como la mayoría no es así, los podemos omitir’.

Y, en caso de que se incluya a las personas que viven con una discapacidad, muchas veces se hace desde prejuicios capacitistas, como el llamado ‘Porno Inspiracional’. En este, se utiliza el cuerpo, la existencia o las funcionalidades diversas para emplearlo como una fachada publicitaria y obtener puntos de superioridad moral.

Por lo tanto, se hace una diferenciación entre el ‘ellos’ y ‘nosotros’, donde el hegemónico o dominante es el que impone las normas y para incluirse es necesario cubrir los requisitos impuestos, como el rehabilitarse. Sin considerar que existen personas que no pueden o no quieren rehabilitarse y que eso no debería limitar su capacidad de participación, lo que provoca que sin darse cuenta creen espacios discapacitantes.

Capacitismo en las exposiciones de arte

¿Qué impide que una persona con diversidad funcional o con discapacidad pueda disfrutar de este entorno como cualquier otra persona? ¿Por qué no vienen? Y es ¿Por qué no quieren o por qué no pueden?”, preguntaba Kike.

“Según cifras del INEGI (donde la ONU hizo observaciones), entre el 15% y 17% (2 millones de mexicanos) vive con discapacidad. Quiere decir que 80 millones conocen y conviven con la discapacidad”. Por lo tanto, si las personas con discapacidad se sienten bienvenidas para asistir y disfrutar, se abre el espacio para ellos y para las personas que viven con ellos.

Sin embargo, hablando desde su propia experiencia, Kike nos narra que son pocos los espacios que, ya no digamos cuentan con accesibilidad, sino que en un afán de atraer al público, terminan cayendo en un discurso sumamente capacitista. Con exposiciones que presentan videos en LSM (lengua de señas mexicana) en lugar de intérpretes, sin cédulas en braille, sin textos explicativos y mostrándose completamente ajenos a los intereses o problemáticas de los visitantes. Esto evidencia que no hay muchas exposiciones accesibles, haciendo ver a la discapacidad como algo de nicho, ‘algo como una experiencia VIP’, un extra que no todos los espacios pueden darse el lujo de hacer o tener.

Lo que dice Kike Vázquez es la base para poder cambiar nuestra forma de pensar. No es imposible, caro o sumamente complejo, sino que el cambio radica en una actitud diferente que nos permita, mediante la empatía, hacer pequeñas modificaciones, muchas veces realizadas sin siquiera darnos cuenta.

Contar con recorridos guiados que vayan más allá del simple “esto es arte, da para mucho”, y poder explicar el cómo y el por qué de una pieza, no solo puede generar un vínculo con alguien de la comunidad que vive con discapacidad, sino también hacia nuevos públicos. Pensemos en el caso de la comunidad sorda: solo es necesario cambiar el idioma, no es tan difícil, ya lo hacemos con el inglés.

Entonces, ¿podemos hacer exposiciones para todos? 

Sí, sí podemos y no, no es tan complicado. Antes de pensar simplemente en rampas y elevadores (que también son importantes), pensemos en por qué no está asistiendo la comunidad “disca” (en palabras del propio Kike) a ver nuestras exposiciones. En que si no los invitamos, no van a venir. En que nos jactamos de que el arte es para todos, pero no decimos quiénes son esos todos.

Nos invito a reflexionar y cuestionar, para que la próxima vez que vayan a una exposición, ya sea en un museo o una galería, cuestionemos los prejuicios capacitistas que existen, y así poder derribar los diferentes sesgos

Y a mis colegas gremiales, a todos los que estamos en el medio de las exposiciones, les dejo esta frase que dijo Kike, la cual para mí se ha vuelto una norma:

Es muy fácil hacer lo que ya se hizo, pero es difícil ser pionero, por que ser pionero implica ser señalado demasiadas veces.

Agradecimientos especiales a Kike Vázquez por compartir su enorme conocimiento y su valioso tiempo.

Si desean asistir a uno de nuestros recorridos guiados, los invitamos a conocer Galería Bruna ubicada en Lerdo de Tejada #2418, Col. Lafayette, Guadalajara, Jalisco, donde trabajamos para crear espacios accesibles.

Texto por Maythé Loza de Galería Bruna.

Ig: @psicomaylo


Fecha de Publicación:
Lunes 27/05 2024