Mujeres mexicanas en los Juegos Olímpicos

Durante años en las olimpiadas, los logros de las deportistas mexicanas han sido innumerables, pues han subido al podio en más de una ocasión. A propósito de la inauguración de Tokyo 2021; aquí te compartimos algunas de las mujeres mexicanas que han hecho historia a través de los años y ganado éxito en esta justa deportiva.

Las mujeres participaron por primera vez en unos Juegos Olímpicos en París 1900; desde entonces sus nombres se han escrito con letras doradas en la historia de este gran evento deportivo. Se han ganado un gran lugar y representación dentro de los deportes, todo esto gracias al esfuerzo, sacrificio y determinación con el que ellas participan.

Fue apenas en Londres 2012, que todas las delegaciones deportivas tuvieron una representación femenina.

María del Pilar Roldán, hizo historia al convertirse en la primera mexicana en ganar una medalla olímpica; su deporte fue el esgrima, de ahí es conocida como la “Mosquetera mexicana”. María Teresa Ramírez le siguió, ganando el metal de bronce en esgrima y natación. Ambas marcaron la pauta de preseas obtenidas en México 1968.

Soraya Jiménez. Pasó a la historia al ser la primera deportista mexicana en colgarse una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos, realizando la hazaña en la disciplina de halterofilia en Sídney 2000. México tiene los mejores resultados en este deporte gracias a ella, quien lamentablemente falleció en 2013 a causa de un infarto.

Ana Gabriela Guevara, actual directora general de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), brilló en Atenas al obtener la plata en atletismo, mientras que Belem Guerrero hizo lo mismo en ciclismo. Además, Iridia Salazar se consagró con el bronce en la disciplina de taekwondo en 2004.

María del Rosario Espinoza posee el título de la mexicana más laureada en las justas olímpicas al contar con tres preseas: oro en Beijing 2008, bronce en Londres 2012 y plata en Río 2016. Durante estos años le siguieron los bronces de la halterista Damaris Aguirre y las clavadistas Paola Espinosa y Tatiana Ortiz, conquistados en Beijing 2008. Cuatro años más tarde, en Londres 2012, Espinosa y Alejandra Orozco se adjudicaron la presea de plata. 

En esa misma edición Aída Román, Mariana Avitia, Laura Sánchez y Luz Acosta completaron los logros femeniles, siendo ésta la cita olímpica con el mayor número de mexicanas premiadas. Y finalmente la marchista Guadalupe González, quién subió al podio en Río 2016 al llevarse la presea de plata en la prueba de 20 kilómetros.

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Tokio 2020, son los primeros juegos olimpicos en los que México participa con más categorías femeniles que varoniles. Además, es la primera ocasión en la que atletas mexicanas nos representan en sóftbol, gimnasia rítmica y de trampolín (Alexa Moreno, Rut Castillo y Dafne Navarro), canotaje slalom (Sofía Reinoso), lucha olímpica (Jane Valencia), y box (Esmeralda Falcón y Tamara Cruz).

Todas ellas ya tienen un lugar seguro en la historia del deporte y de México.

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El mundo de los deportes ha sido históricamente asociado a la acción, la potencia, la velocidad, la competencia y la fortaleza; todas cualidades asociadas a su vez a la masculinidad. Por oposición, la delicadeza, la sumisión, la debilidad física, la emocionalidad, el poco compañerismo y la maternidad como destino natural, son los valores que responden al estereotipo de feminidad tradicional. Estos valores funcionan como opuestos y binarios, dando lugar a la primera tensión entre el deporte y la mujer.

Tras años de discriminación, las mujeres se abrieron camino en el mundo del deporte para que, 121 años después, esté completamente normalizado que las mujeres pueden practicar deportes y competir en ámbitos que siempre estuvieron reservados para hombres. Para muchas mujeres en México, el ser deportistas es un camino difícil, pero no imposible, ya que con la constancia, la disciplina y la decisión que tienen, las lleva a tener el éxito por el que tanto se esfuerzan día con día.

Las Olimpiadas son sin duda una ocasión preciosa para una “radiografía” de nuestro mundo y de la cambiante situación de hombres, mujeres y de las relaciones entre ambos. En pocos años, en dos o tres generaciones, la presencia de las mujeres en la sociedad, y en consecuencia también en el mundo del deporte, ha aumentado notablemente; se trata sin duda de un desarrollo muy positivo que hay que agradecer y celebrar. 

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El Comité Olímpico Internacional reprogramó los Juegos Olímpicos de Tokio debido a la pandemia del COVID-19, representando todo un cambio en sus procesos deportivos. Esto provocó que muchas deportistas mexicanas modificarán su planeación y preparación, con la que seguramente llegarán de la mejor forma a los Juegos Olímpicos para sumar medallas para México.