UN PROYECTO ARQUITECTÓNICO A LO LARGO DE LA RUTA DEL PEREGRINO EN JALISCO.

Talpa es uno de los santuarios marianos más importantes del país, al que llegan alrededor de 3 millones de personas por año y más de 200 años de tradición. La ruta tiene distintas ramificaciones, pero la más transitada es Ameca-Talpa. Entre 2008 y 2011 se realizaron una serie de obras con el fin de generar una mejor infraestructura para el turismo religioso, fue entonces que el plan maestro estuvo a cargo de Tatiana Bilbao + Derek Dellekamp + Rozana Montiel.

La ruta comienza con la obra “Capilla abierta” por Dellekamp Arquitectos y Tatiana Bilbao (Mexico) ubicada en el poblado de Lagunillas. Es la primera pieza que, para muchos, marca el comienzo del peregrinar, constituida por 4 muros blancos de concreto que se levantan cortando la línea del cielo. Son pocos los que entran en la capilla, pero su importancia como configurador del paisaje es innegable.  

Desde este punto, puede verse la siguiente meta del peregrino, la cima del Cerro del Obispo, que es el primero a subir y se marca por la siguiente pieza del recorrido. “Mirador del Cerro del Obispo” de Christ&Gantenbein (Suiza) que acompaña visualmente todo el recorrido y se vuelve un referente de motivación en la conversación “Ya está cerca, mira ahí está a la vueltita”. Una vez que se llega a este punto se tiene en el horizonte el punto de partida, resaltado por la capilla abierta, lo que vuelve a estas piezas, elementos fundamentales para la ubicación visual del camino andado y por andar.

El camino continúa al descender rumbo a la Estanzuela, tramo en el que se encuentra el “Santuario de la Estanzuela” por Ai Wei Wei | Fake Design (China) que aprovecha la topografía para generar un mirador que coloca en una atmósfera de introspección. Aquí ocurre lo mismo que en la primer pieza, ya que para llegar a él hay que desviarse del sendero, son pocos los que dedican energías para desviar su andar y entrar al santuario.

Llegar a la Estanzuela, significa el primer punto de descanso para muchos y el peregrino es recibido al cruzar la carretera por el primer albergue, diseñado por Luis Aldrete (México). Hecho a partir de un bloque especial color adobe que permite el ingreso de la luz y el viento, generando una ambiente agradable para el descanso. El peregrinar continúa subiendo el cerro de las comadres para después bajar a Mixtlán, trayecto en el que se encuentra la pieza de “Santuario” por Tatiana Bilbao (México). En un panorama de bosque de tierras rojas y de la cual surgen dos planos inclinados, dispuestos de manera simétrica, se elevan en forma piramidal formando un espacio interior. Debido a la carente situación de la infraestructura de servicios que tiene la ruta y que comparte la condiciones del resto de los pabellones, es usado como baño público en muchas ocasiones.

Después de llegar a Mixtlán y seguir bajando hasta Atenguillo donde se encuentra el otro albergue diseñado por Luis Aldrete (México), el siguiente gran reto aparece, el espinazo del diablo y la penitencia, nombre que reciben los dos siguientes cerros a subir y donde se colocan las dos penúltimas piezas que conforman la ruta. Después de la extenuante primera subida y de “enfrentar al diablo” como suelen referirse los peregrinos, se encuentra el “Mirador del Espinazo del Diablo” por HHF (Suiza) y que se presenta como un espacio de sombra y resguardo, al que los pobladores han complementado colocando algunas bancas de madera, en las cuales se puede ver desde la parte superior el camino andado y la siguiente meta, que se marca sobre la colina posterior por el mirador del Cerro de las cruces, obra de Elemental (Chile), que es un prisma rectangular hueco de concreto, deformado ligeramente en forma de V, que da protección al peregrino y da una nueva perspectiva para observar el camino andado.

La ruta continua, un largo descenso hasta Las cruces, después Jacales, para seguir el sendero hasta volver a comenzar a subir el siguiente y último reto. Llegando a Cocinas se encuentra la última pieza del proyecto “Vacio circular” de Rozana Montiel | Dellekamp Arquitectos (Mexico) que se compone de un circulo de concreto blanco de un diámetro de 40 m en un entorno de bosque de coníferas. Para llegar ahí, tienes que salir un poco de la ruta por lo que pocos se adentran en el círculo y al ser un elemento de poca altura, puede pasar desapercibido para el peregrino. Este conjunto de obras ha intervenido el paisaje, se han vuelto hitos dentro de la ruta y de muchas formas, este camino ya no puede estar presente en el imaginario colectivo sin ellas.

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José Eduardo Díaz, es arquitecto egresado de la Universidad de Guadalajara originario de Ciudad Guzmán. Jalisco. Peregrino de la Ruta por mas de 10 años.



Fecha de Publicación:
Viernes 19/04 2019