¿ERA CUESTIÓN DE TIEMPO SU CANCELACIÓN?

En México la violencia de género es latente. Tan solo en noviembre del 2023 el Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 72 feminicidios. En este contexto, el cantante Dani Flow, también conocido como “El rey del morbo”, emitió algunos comentarios que causaron su cancelación en redes sociales.  Dichas declaraciones fueron publicadas en un pódcast del 9 de junio del 2022. ¿Por qué la reacción tardó más de un año?

“Las que no tienen papá”, una canción que habla de forma muy despectiva de las mujeres, fue una de las que colocaron a Dani Flow en el foco. Dicho tema cuenta con 25 millones de reproducciones en YouTube. ¿Esto es una muestra del largo camino de deconstrucción que tenemos por delante? La cultura y por supuesto su música son un reflejo de la sociedad, ¿qué dice de nosotrxs las personas que estamos haciendo a este tipo de perfiles famosxs?

El cantante viene de la corriente del Freestyle, en donde el “morbo” o “berretín”, es un insulto que apela a las características físicas o cuestiones personales del oponente. Normalmente, tiene una función más humorística que ofensiva. No obstante, esta fue la manera en la que Dani Flow fue percibido, más como un recurso cómico que como un foco rojo que parpadea sobre los límites de la libertad creativa. 

Por supuesto, después de lo ocurrido es pertinente cuestionar ¿siempre se debe separar al artista de su obra? Esto puede ser percibido como una forma de escapismo moral, permitiendo al público disfrutar del material sin confrontar las acciones controvertidas del creador. Pero, ¿en qué medida esto es éticamente sostenible? Sobra decir, que esta eterna pregunta nos hace recordar que muchxs artistas y en distintos géneros tienen letras de canciones que hacen referencia a la misoginia, la violación y la violencia en sus diferentes expresiones. Entonces, ¿qué nos sorprende? ¿Qué su creador sea tan políticamente incorrecto para reconocerlo y nombrarlo en persona?

¿Separarnos o alertarnos con las declaraciones?


En el pódcast mencionado se tocan múltiples temas sensibles, uno de ellos es la pedofilia. “A mi hija jamás la tocaría, pero a sus compañeritas de la secundaria tal vez sí”, mencionó el cantante. Sin duda, esto plantea cuestionamientos éticos alarmantes, pues pareciera que incentiva la normalización de la pedofilia. Tan sólo durante el 2022, la Secretaría de Salud declaró que se atendieron más de 9 mil casos de violencia sexual a personas de entre 1 y 17 años.

Además, Dani Flow también juzgo el proceso de las víctimas de abuso. No obstante, esto implica todo un proceso, sobre todo en México, donde la ideología orilla a múltiples mujeres a callar. La Organización Mundial de la Salud describe al trauma como una exposición a una situación estresante, ya sea breve o prolongada. Esto puede alterar el bienestar físico y mental de la persona. Algunas de las consecuencias son flashbacks, aislamiento de las actividades cotidianas, ansiedad y dificultad para concentrarse, etc. ¿Cómo juzgar el proceso si para cada persona es distinto?

¿Una mujer que se expresa no merece ser mujer?

Dani Flow dejó en claro que las mujeres que deciden denunciar a sus agresores y manifestar el descontento hacia el precario sistema de justicia mexicano, le parecen absurdas.

Fotografía por Vanessa Flores

Desafortunadamente, en pleno 2024 no es la única persona que piensa igual. Pareciera que todavía se siguen ciertos patrones en los que supuestamente se debe procesar una situación de violencia. Por ejemplo, en los abusos de pareja hemos escuchado la frase “la ropa sucia se lava en casa”. Según el INEGI, el 40% de las mujeres enfrentan violencia por parte de su pareja.

Carol Hanisch, la periodista y cofundadora de los grupos feministas radicales de Estados Unidos, se posicionó en contra de esta postura. Por ende, invitó a todas las mujeres a abrir el diálogo, organizarse y luchar. A esto lo llamó: “Lo personal es político”. Es decir, no hay soluciones individuales ni dentro de lo privado para problemas de esta magnitud. Y que, por el contrario, también es importante traerlo a lo público.  ¿Esta insignia podría explicar la molestia que causó el cantante?

La violencia también viene en letras “bonitas”

Es importante destacar que la violencia no solo se encuentra de manera literal, como en las letras de Dani Flow. Por lo que el cuestionamiento resurge: ¿cuándo separar al artista de su obra y cuándo no?

Canciones como “Mátalas” de Alejandro Fernández, sirve como ejemplo de apologías a la violencia que han permeado a lo largo del tiempo en la música, pues habla de la dominación patriarcal en las relaciones de poder. La letra dice explícitamente: “Consigue una pistola si es que quieres, o cómprate una daga si prefieres y vuélvete asesino de mujeres”.

También en “Buenos días, amor” de José José, podemos aseverar que narra la historia de una relación no consentida con versos como: “Sé que estabas enfadada, pero no dijiste nada”, “El que calla otorga y sé que estás enamorada”.

Otra canción que generó controversia es “La media vuelta” de José Alfredo Jiménez, la cual fue interpretada por Luis Miguel. El hecho se centra en la línea que dice: “Porque quieras o no, yo soy tu dueño”. Esto se puede interpretar con una connotación controladora y machista. Y, por el contrario, “La ingrata” de Café Tacvba cuya canción decidió dejar de interpretar en sus conciertos, debido a la incomodidad que ya le causaba a la agrupación.

Sin duda, esto es recordatorio que subraya la necesidad de ser más críticxs con el contenido que consumimos, ya que el machismo no se transmina en un solo género musical, sino que se presenta en diversas formas y matices.

¿Deja de consumir o perpetuar?

Claire Dederer, una crítica cultural, se cuestionó la separación de un artista de su obra en el ensayo: “¿Qué hacer con el arte de los hombres monstruosos”? En este texto plantea que el olvido es más fácil para algunxs que para otrxs donde pareciera que, estar inmerso en cuestiones creativas da una licencia especial para realizar actos cuestionables.

Por su puesto, hay opiniones polarizadas de lo que actualmente sucede en los entornos creativos, como en el caso de Dani Flow. Al indagar la polémica en redes sociales pudimos encontrar comentarios como “Somos Dani Flow y yo contra el mundo”. La pregunta en este y muchos casos más es ¿qué están defendiendo? ¿La obra o a la persona y sus actos fuera del contexto creativo? 

Ante la cancelación, Dani Flow dio un comunicado en el que pidió disculpas y mencionó que el comentario donde hace referencia a la pedofilia se trata de una rima que hizo en 2019, la cual se viralizó. ¿La temporalidad le quita la gravedad? Además, que fuera producida en el entorno del freestyle, donde ya hemos visto que el recurso del “morbo” es algo común, ¿justifica el comentario por referirse a un ejercicio dentro de esta corriente musical?

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La música, como expresión artística, no solo entretiene, sino que también refleja y, en algunos casos, perpetúa valores y actitudes que pueden ser perjudiciales para la sociedad. En el caso específico de Dani Flow, su cancelación evidencia que, de alguna manera, las señales estaban presentes y es crucial preguntarnos si realmente no las veíamos o si, de alguna manera, preferíamos ignorarlas.

En última instancia, ser críticxs nos empodera como audiencia, permitiéndonos influir en la dirección que toma la narrativa cultural y en la responsabilidad de lxs artistas en la sociedad. Esto hace que no solo juzguemos al artista o a su obra, sino también a las posibles consecuencias sociales que su producción traiga.


  • Texto: María Fernanda Carmona

  • FOTOS: Cortesía/ Vanessa Flores

Fecha de Publicación:
Viernes 12/01 2024