EL PROCESO DE LAS TOSTADAS ARTESANALES EN CHIAPAS

Tostixim es una cooperativa que tiene sede en Teopisca, Chiapas. A través de mantener los conocimientos de preparación del maíz, que la mayoría de mujeres de comunidades indígenas de la región aprende de niñas, están creando un producto con capacidad de comercialización y exportación. Las tostadas son un alimento característico de la región y se puede ver que se venden a pie de carretera o en los comercios improvisados que venden dulces típicos, conservas o elotes asados a los turistas. Ahora estrenan una nueva casa que busca ser un punto de reunión para compartir saberes y seguir creciendo en comunidad.

El espacio también sirvió para que las mujeres de la región pudieran re-aprender las técnicas de construcción que se utilizaban antes para no dejar que estas costumbres se pierdan; con estas mismas técnicas construyeron la casa donde están. Está colaborativa de mujeres rurales busco algunas compañeras que se dedican a la bioconstrucción para que hicieran el diseño de la casa y posteriormente entre ellas comenzaron a construirla, lo cual les tomó apróximadamente 6 meses. Buscan emplear el lugar como un espacio colectivo para trabajar, dar talleres de aprendizaje, visitas, entre otros.

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Las mujeres que hacen tostadas en Chiapas son una tradición. Las tostadas representan en la comunidad un alimento que sirve como itacate, es decir que no se descompone y se hace para cuando la gente viaja o se va a trabajar al campo. En el momento en el que llegaron a los mercados, este alimento comenzó a adquirir mayor importancia debido a las cuestiones económicas de las familias.

La preparación y venta de tostadas, se ha vuelto un proceso típico de la región. Pero en los costos de éstas no se incluye la mano de obra la mayoría de las veces. Las mujeres que las preparan tienen una inminente necesidad monetaria y bajan los precios para poder comprar insumos para su vida diaria y proveer a su familia.

Este grupo se conforma por 30 mujeres de distintas comunidades, ellas preparan este alimento y buscan cómo comercializarlo; quienes se encargan de sembrar el maíz son en su mayoría los esposos de las mujeres. Todas las mujeres que trabajan en Tostixim ya conocían el proceso, la mayoría ya vendían por encargo, en escuelas, oficinas, etc. Se conocieron a través de un tianguis gastronómico en San Cristóbal de las Casas y se fue armando la colectiva. Han buscado desde la ONG Mujeres y maíz, construir fogones ahorradores de leña, lo cual disminuye el gasto y la contaminación. Algunas problemáticas que se han encontrado es la tala inmoderada y en algunas comunidades la falta de acceso al agua.

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Iniciaron buscando financiamientos. Mucha de la comercialización ha sido local con precios muy bajos, es por ello que buscan espacios como tianguis alternativos para llevar sus productos. Slow food México ha buscado darle un valor agregado a los productos locales, y Tostixim ha formado parte de este movimiento. Su principal objetivo es lograr más vinculaciones para poder comercializar las tostadas en lugares donde tengan mayor valor y ganancia.

Las mujeres trabajan desde sus casas, aunque en este espacio realizan talleres conjuntos para compartir recetas; para comercializar se necesita unificar la forma de hacer las tostadas. Para exportarlas, el proceso de las tostadas debe ser uniforme en cuanto a la hechura, forma y tamaño. La construcción de esta casa también es un puente para invitar a las personas a ver cuál es el proceso de elaboración de las tostadas. Las más jóvenes en la cooperativa están dispuestas a trasladarse a otros lugares y han viajado por la república para busca comercializarlas; además de que son quienes se dedican al manejo de las redes sociales.

Los ingresos que tienen estas mujeres ayudan a su autonomía, ya que en su mayoría se dedican a esto y es una fuente estable. Hay una cultura muy machista arraigada en estas comunidades. La cultura de dejar a la mujer en segundo plano sigue presente, incluso aún para ciertas actividades se siguen prefiriendo a los hombres, ya que la sociedad fue educada para creer que la mujer es inferior al hombre. Estos son temas también se reflexionan en conjunto para llegar a nuevos aprendizajes que tienen que ver con la equidad de género.

Las mujeres se desgastan físicamente ya que el humo y desgaste generan no solo cansancio, sino enfermedades físicas; es por eso que es necesario concientizar sobre lo que realmente hay detrás de los alimentos.

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El hecho de la comercialización ha logrado que las mujeres de Tostixim se sientan parte de algo y que se sientan reconocidas, ya que hay gente que no solamente quiere consumir los productos, sino que también les interesa saber todo el trasfondo y lo que significa para estas mujeres.

A nivel nacional cuentan con distintas líneas de producto, son 3 tamaños de tostadas el botanero de entre 3 y 4 cm, chalupero entre 8 y 10 cm y el grande de 16 a 18 cm. Hacen algunas combinaciones aparte del maíz natural, con betabel, chile, frijol, chipilín, cilantro, epazote y las más especiales que son con cacao o con chocolate.

Otro reto al que se ha visto expuesto Tostixim es al nuevo etiquetado; los sellos negros las han afectado debido al “exceso de calorías”, que el maíz en sí contiene. Han comenzado a buscar el modo en el cual se vean afectadas lo menos posible. Consideran de igual forma que la mayoría de las personas no se ven influenciadas en su manera de consumir con los sellos.

En Tostixim están abiertas a la posibilidad de hacer tamaños o sabores distintos bajo pedido, se trabaja con maíz reventado lo que les da una textura específica. Aunque las tostadas más tradicionales eran de maíz sin otros sabores, ya que viene de una cultura indígena; ha habido innovación desde agregar otros ingredientes hasta hacer pruebas como las tostadas dulces de azúcar o panela.


  • ENTREVISTA_ Rodrigo de N. Colmenero

  • TEXTO: Vanessa Cuevas

Fecha de Publicación:
Martes 4 /05 2021