HABLAMOS ABIERTAMENTE DE SALUD MENTAL Y SUS VÍNCULOS CON EL DEPORTE Y LOS PROCESOS CREATIVOS A TRAVÉS DE CUATRO INVITADXS.

Tenemos que hablar más abiertamente sobre nuestro bienestar. No solo sobre la salud física, sino nuestra salud mental y lo que hacemos para sentirnos bien. Vivimos con rutinas –entre estudios y/o trabajo– que pueden ser pesadas y demandantes. Estamos rodeadxs de bastantes estímulos que nos pueden causar estrés, ansiedad y muchas veces, depresión. Por eso, encontrar acciones que nos motiven y nos hagan sentir bien es fundamental. Hacer deporte o alguna actividad artística pueden ser buenas formas de calmar nuestro estado de ánimo y ordenar nuestros pensamientos.

De acuerdo a información de la ONU, 280 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años de edad en el mundo, padecen una condición de salud mental.

Tenemos que eliminar el tabú alrededor de esto. La juventud es, para cualquier persona, una época de constantes cambios. La conciencia, el lenguaje, el pensamiento, la afectividad, la percepción, la atención, el juicio y la inteligencia se encuentran en pleno desarrollo, por lo que es necesario atender a este sector de la población en todos los ámbitos.

Vans Old Skool, a través de Make Your Own Lane, busca retratar a jóvenes que han hecho de la originalidad y la creatividad, un vehículo para expresarse y autorrealizarse. Por esto decidimos contar la historia de diferentes invitadxs quienes a través de hacer lo que les apasiona, han encontrado un balance y han logrado superar sus propios padecimientos.

Zair Baltézar, creador visual

¿Cuál consideras que ha sido un momento catártico en tu vida?

Cuando me amenazaron con romperme las piernas; consecuencia de juntarme con ciertas personas en el pasado. Eso me hizo analizar sobre mi vida, mi manera de ser; sobre las personas que me rodeaban, mis relaciones, el amor, mis prioridades.

Al arte llegué desde que tengo memoria, siempre he creado cosas y capturado momentos. A la patineta llegué por un videojuego y toda la cultura pop de la época en la que crecí. 

¿Cómo te ha ayudado esta actividad a sentirte bien?

Tratándose de actividades donde sólo soy yo el que tiene control de ellas, puedo hacer lo que quiera, solo. Así que al final la manera en la que haga la actividad, es un reflejo de mi interior; por ende es una manera de liberar emociones. A parte de que te ayudan en otros sentidos; a mantenerte en forma, mejorar reflejos, agilizar la mente, desarrollar la memoria, etc.

Para patinar la preparación es como en cualquier otro deporte: calentar, de menos a más y depende de tu intención y de cómo te sientas; intentar cosas nuevas. Es como todo, practicar miles de veces las cosas para que te salgan como tú quieras.

Creo que para realizar cualquier actividad bien, necesitas sólo estar pensando en eso, sobre todo cuando es algo de alto riesgo. Si en algún momento mis emociones negativas me ganan, no me sale nada, prefiero sentarme. Porque me ha pasado que tengo emociones negativas y sigo patinando y lo único que logro es lastimarme.

Al final si tu mente está concentrada en ello y has practicado y tienes confianza en ti, los resultados van a ser muy próximos a como los habías visualizado.

Beatriz Pawa, artista de bordado y maestra de Pole Dance

¿Cuál consideras que ha sido un momento catártico en tu vida?

Cuando llegué al pole dance y pude por primera vez cargarme a mí misma. Fue la muestra más poderosa y duradera de yo podía con todo lo que viniera . Llegué al pole después de ver un video musical de los White Stripes; bailaba Kate Moss y en ese momento me pareció hermosísima. Yo quería verme así, ella flotaba en el tubo.

Hacer Pole me ayuda de entrada a hacer ejercicio. Luego me reta, da miedo girar de cabeza, dejarse caer. He desarrollado confianza en mis habilidades y al ser maestra, paciencia y empatía.

Una vez que ya estoy en el tubo, por lo general ya traigo en mente que quiero hacer y me aferro; me veo en el espejo y voy limpiando el movimiento. Mi cabeza está ahí, no podría estar en otro lado, por que si no me caigo. Y aunque mi mundo esté ardiendo, cuando estoy en el tubo solo existe ese momento y satisfacción de haberlo sacado. Haya salido bien o mal, también me queda la emoción de haberlo intentado.

Quiero seguir mejorando como ser humano, mamá, maestra de pole dance y artista de bordado.  Me gustaría poder vivir enteramente de esto, desmitificarlo y restarle parte del tabú que aún carga.

Brandy Choy, bailarina

Para Brandy ha sido catártico experimentar su propia vulnerabilidad a través de la danza y a través de esto adquirir fortaleza. Cuando tenía 17 años, de una manera muy al azar, estaba caminando por las calles de Torreón y vió a unos chavos bailar salticumbia; “les pregunte que si podía verlos bailar y desde ahí empecé a entrenar con ellos.” Al poco tiempo de mudó a la Ciudad de México y conoció otro tipo de técnicas que nunca creyó tener la oportunidad de poder entrenar.

Bailar me ayuda mucho para canalizar sentimientos y experimentar con mi cuerpo física y mentalmente.

Como parte de su rutina, todos los días hace estiramientos y ejercicios enfocados en el centro del cuerpo en la mañana. Luego toma sus entrenamientos que empiezan entre las 10:00 am y 12:00 pm y acaban a las 9:30 pm. No todos los entrenamientos son iguales, en algunas clases se entrena y en otras se externa lo aprendido; por lo que la manera en la que se siente al bailar va cambiando.

Hablando desde mi freestyle, o sea, desde el movimiento que nace de la libertad de simplemente dejarte llevar, lo siento como una meditación. Desde el momento que empiezo a respirar y moverme lento hasta cuando lo doy todo y termino bien cansada. 

Por el momento Brandy busca seguir entrenando y ganar experiencia para poder adentrarse en el mundo del show business que le gusta. “El show es mi pasión”, ríe.

Ximena Campuzano, animadora e ilustradora

Ximena empezó a dibujar por su mamá. Ella casi no la dejaba salir a jugar porque donde vivían en ese entonces era peligroso. Ella se dio cuenta que dándole hojas y colores podía entretenerla y que se quedara quieta por horas. Dibujar siempre le ha ayudado a procesar sus emociones, a entender lo que está pensando/sintiendo; ya sea consciente o inconscientemente. “Ha sido un medio de comunicación muy directo y muy honesto conmigo misma. Sin embargo, dibujar también ha sido una gran herramienta cuando necesito dejar de pensar.” En esos casos disfruta más de dibujar libremente como una forma de jugar y pasar el rato; de mover su cuerpo y experimentar, dejando a su mente descansar. 

Hace dos años salí de una relación abusiva que duró 4 años, el proceso que siguió de sanación fue lo más difícil. Fue un momento muy duro donde toda mi realidad cambió por completo. Tuve que empezar desde cero y volver a reconocerme sin el miedo. 

Su proceso varía mucho. A veces inicia con las ganas de usar un color, un estilo o experimentar con algo sin pensar realmente en el resultado. En esos casos le gusta solo seguir su instinto y dejarse crear sin estrés. En otros casos inicia con alguna imagen o frase que se atora en su cabeza. Puede ser algún pensamiento que le intriga, algo que está sucediendo en su vida o algo que vio en la calle.

Después escribo sobre el tema, hago lluvias de ideas e investigo un poco. Luego hago una miniatura o un primer boceto donde le doy forma a mi idea. En este punto se combina todo con las referencias que me gusten en el momento y el material que tenga en el momento. Me gusta mucho consumir imágenes, creo de ahí sale mi felicidad al crearlas. 

A Ximena le gustaría hacer más animación experimental y aprender sobre realidad aumentada. 

#ConMisOldSkool


  • FOTO Y DIRECCIÓN:  Alexis Rayas

  • REALIZACIÓN: Dafne Cisneros y Alejandro Aguilera

Fecha de Publicación:
Miércoles 21/07 2021