UNA DE LAS STYLIST MÁS RECONOCIDAS EN MÉXICO. CUENTA CON UN CARACTERÍSTICO ESTILO Y UN PERFECTO REFLEJO DE NUESTRO CONTEXTO NACIONAL, QUE LA HA LLEVADO A COLABORAR CON DISTINTAS MARCAS Y PERSONALIDADES.

Nayeli de Alba, originaria de Guadalajara, es egresada de Centro de Diseño de Modas, donde estudió Diseño, Ilustración y Coordinación de Moda.

Desde muy chica, se mostró inconforme con la estética que se le presentaba, siempre modificándola. Así fue como algo nato, la llevó a convertirse en Stylist.

¿Qué es ser un stylist de moda?

Es un selector de ropa, que conforma un look, un estilo. Alguien que propone un mundo, y al final, toda esa selección hace un núcleo, de donde nace un look maravilloso. Somos selectores, digamos. Curadores de moda

¿Cuáles son las características que hacen a un buen stylist?

Responsabilidad. Ser responsable con todo. Con el trabajo de las personas, con la materia que te prestan. Pensar y tener en mente que no es tuyo, es para usarlo con un fin. Ser puntual y respetar a la gente que te asiste. Tener palabra con lo que se acuerda. Mi papá es abogado, entonces, el respeto fue una de las cosas que más me inculcó. Yo respeto mucho mi trabajo y a la gente que trabaja conmigo.

Al final, tus relaciones son muy importantes. Si saben que eres responsable, te los ganas, porque saben que cumples, y confían.

¿Cuáles fueron tus primeros trabajos como stylist?

Terminando la carrera me fui a Playa del Carmen, ahí un fotógrafo me pidió que hiciera styling para unas fotos –en ese entonces yo creía que los stylist eran diseñadores fracasados–, me comentó que tenía una editorial para una revista local en Playa. Los modelos eran travestidas y me encantó.  

De ahí salió otra publicación y así más trabajitos. Después, entré a American Apparel, me encantaba ver trabajar a la Visual Merchandising de la tienda. Llegaba, combinaba las prendas y los colores, era como ver una orquesta. Le comenté que lo quería intentar y me encargó vestir los maniquíes. Le encantaron. Al tiempo, me ofrecieron trabajo de visual en la tienda. Así que cada semana cuando vestía los maniquíes yo me emocionaba. Ahí fue cuando dije: “quiero ser stylist, es lo que quiero hacer. Me fui a Monterrey y ahí empecé con una revista llamada Page, con los de Colectivo NRMAL, fotos con Lucas de Tezontle (de Tezontle Studio), fotos de moda; pero todo súper alternativo, con matices de cosas que me gustaban.

*Nayeli interrumpe para admirar a una mujer con un interesante atuendo, “está bien padre, ¿no?”.*

Mi primer trabajo de vestuario en el 2008 fue de asistente en una película. Yo nunca tomé cursos, ni hice intership, ni nada; fue todo sobre la marcha, practicando. Ahí aprendí otras cosas técnicas como teñir, desgastar, que los zapatos no suenen en el piso, que los tacones suenen mucho; que la ropa, ¡no sé!, texturizar. También disciplina y trabajo duro. De ahí me ofrecieron un comercial gigante, y tal vez exageré un poco mi curriculum, pero como me veían activa la supe hacer. En ese comercial había 200 extras, y sólo éramos dos personas. Hacer vestuario te ayuda a resolver rápido. Yo en una editorial nunca hago los looks antes, me ha pasado con fotógrafos que no les gusta eso al principio, y ya que ven confían. No me tardo horas.

Para ti, ¿cómo fue el boom diseño mexicano?

A mí no me tocó en la Ciudad de México, vine a vivir aquí en el 2011-2012. Pero, seguí muy cerca a Baby Baby, de Celeste, Teamo, Clínica, Marvin y Quetzal, Mancandy y EGR. Creo que estaba mucho más avanzado en ese entonces. Gente muy creativa, querían hacer algo y lo hacían. Ahora son pocos los diseñadores que se atreven, que toman las tendencias y las hacen suyas, que las digieren y transforman en algo diferente. México es una fuente de inspiración, como lo decía André Breton, es el lugar más surreal, si te adentras en la ciudad. No puedes tener una amplitud de moda, si sólo estás en Instagram o internet. Tienes que salir a la calle y ver qué está pasando. Por eso siento que a veces los diseñadores no se inspiran, porque ya no salen a la calle, ni investigan su propia cultura.

Yo siento que las marcas están trascendiendo. Muchas lo hacen para vender, ya no tanto como arte. Pero no se debe de abandonar el arte, se pueden hacer las dos cosas. Seguir proponiendo, y hacer diseño. Sí, va avanzando, pero falta. Todo ya lo viste en otro lugar. Estamos en una etapa de reinventar, o ser sinceros y decir estoy copiando. Van avanzando, pero siento muy lento para la demanda y talento que hay. El nivel de práctica está muy cercano a los de afuera.

Nosotros los stylist hacemos milagros con lo que tenemos. No contamos ni con el 10% de las marcas que hay en otros lados. Uno hace sus cosas, las consigue, las construye; eso te hace más creativo. Hay bastantes limitaciones. Hay más demanda de diseñadores, siento que en general nos falta más creer en nosotros y voltear más aquí que a otros lados. Falta mucha gente que está en las grandes industrias que son los que pueden financiar las grandes ideas para que avance la moda, ganar dinero pero hacer que crezca la industria.

¿Tienes colección de cosas?

Tengo muchas cosas que me voy encontrando, que me regalan, personalizan, o que yo mandó a hacer. Por ejemplo: para H&M, Bárbara Sánchez-Kane y yo des-hicimos una bota y la hicimos un corsé. Esa me la quedé y la uso para editoriales, no la presto.

¿Cómo describirías tu estilo?

Me gusta preguntar, ¿tú cómo ves mi estilo? Me gustaría que mi estilo se recuerde como “no hay reglas”, pero donde sí tengo reglas es sólo en la combinación de colores, debe existir armonía.

¿En qué puede trabajar un stylist?

Tienes que encontrar tu forma. Hay que tener el cerebro proactivo, encontrar oportunidades. Tener la ambición es lo que te hace ver cosas. Estar pensando qué más hacer, qué falta en mi book, qué tengo que renovar, qué ya estoy haciendo muy seguido. Estar muy conscientes de todo lo que pasa, moda local y moda de afuera, ser curiosos y documentarse. Asistir a expos de arte, estar en contacto con gente de arte.

Algo que yo les diría, si se quieren dedicar a esto es: en primer lugar deben tener responsabilidad y paciencia, si no tienes paciencia no te dediques a esto. Aprender a invertir, yo al principio me quedaba sin dinero por hacer un shooting. Siempre se invierte. Al principio hay que hacer ruido, practicar, hacer buenas relaciones y ahorrar mucho.

Has trabajado con distintas publicaciones, ¿crees que hay más apertura en el país por mostrar marcas nacionales?

Ese nacionalismo que se puso de moda, ojalá nunca se quite. En una ocasión, hablé con una revista, les comenté que estaría en una ciudad y si les interesaba un shoot. Me pidieron que me llevara algo mexicano, y sí. Entonces eso está padre, fomentar ese apoyo a los mexicanos.

Mi diseñadora favorita hasta ahora es Sánchez-Kane, y siento que lo está haciendo muy bien, está a la altura de cualquier diseñador y siento que es México, pero dándole la vuelta. Es increíble trabajar con ella, siempre es una retroalimentación. Esa es la gente con la que te tienes que juntar.

Otro punto importante para Nayeli, son las personas que la rodean. Prefiere rodearse de gente con visión, que emprende, que intenta hasta que lo logra. Su trabajo ha sido arduo y constante, esa fue la manera en que se dio cuenta de que esta era su pasión.

FOTOS (izquierda)

2. Aych Brand

3. Sánchez-Kane

4. Editorial para NEO2

 

 

 

 

 

 

 



  • FOTO: Iván Linares y Cortesía

  • TEXTO: Isra Vázquez

Fecha de Publicación:
Martes 14/08 2018