INTERVENIR PARA UN MEJOR FUTURO DEPENDERÁ DE LOS PROCESOS QUE DESARROLLEMOS HOY.

Estamos ante un punto de quiebre (o quizás ya lo pasamos), el sistema de producción actual de todo lo que consumimos nos ha llevado a una situación de emergencia. Ecosistemas sobre-explotados, objetos que se desechan después de unas horas de uso (y se quedan casi para siempre en el planeta) y procesos industriales cada vez más rápidos nos llevan a buscar nuevas soluciones. Desde pequeños laboratorios caseros a grandes empresas que toman su responsabilidad, la innovación hacia otros caminos se ve cercana.

Es muy importante que todas las industrias se vayan sumando a la reducción de huella de carbono y a la búsqueda de materiales más amigables con el medio ambiente. Move to Zero, iniciativa de Nike, es un compromiso de la marca a largo plazo que busca crear procesos innovadores y sostenibles. Han integrado poliéster reciclado para sus prendas, una fibra que se genera con botellas de plástico recuperadas de vertederos y vías fluviales. Por ejemplo, Crater Impact, su más reciente lanzamiento, está confeccionado con al menos un 25% de material reciclado. Además aporta opciones de diseño únicas que reducen los desechos en comparación con los métodos tradicionales, como Swoosh bordado, revestimientos eficientes y una entresuela de espuma Crater hecha de materiales reciclados que apareció por primera vez en el modelo Space Hippie, el calzado con la huella de carbono más baja de la historia.

Dentro de la industria del diseño, encontramos a Taina Campos quien estudió diseño industrial y siempre se ha estado interesada en temas de sostenibilidad.

De proyectos a nivel teórico y especulativo, fue creciendo su práctica hasta ir materializando estas ideas. Al trabajar con distintos diseñadores en Francia, donde vivió un tiempo, pudo ver de cerca los procesos de producción circular y terminó de entenderse como ambientalista. Allá conoció a su ex-socio, con quien fundó Frame Studio y desde entonces buscaron integrar estos conceptos a su proyecto; realizar objetos con producción local, materiales resistentes y ciclo de vida largo.

Al comenzar su maestría en Estudios de diseño, le interesó el biodiseño; primero a nivel estético y luego por los procesos detrás.

“El biodiseño es la manera en la que deberíamos de estar diseñando; entendiendo y desarrollando algo en colaboración con los propios procesos de la naturaleza”.

En 2020, comenzó a trabajar con biomateriales como una investigación personal sobre las posibilidades de estos; y se fue adentrando en las diferentes opciones que existen a nivel experimental e industrial, qué se está haciendo por empresas grandes y qué aplicaciones vienen.

En años recientes voltear a ver a la ciencia como parte de los procesos de diseño ha sido indispensable para llegar a nuevos desarrollos. La investigadora Neri Oxman en MIT, ha desarrollado desde prendas de ropa hasta estructuras arquitectónicas con compuestos orgánicos. Y modelos de calzado como los que integran el Nike Plant Cork Pack, están elaborados con un porcentaje de corcho y teñidos con tintes naturales, además de integrar materiales reciclados. Esto comprueba la aplicación de procesos amigables en distintas fases de la industria.

Entonces, ¿qué son los biomateriales?

Estos son aquellos que construimos a partir de componentes naturales y que imitan procesos orgánicos como la regeneración; son biodegradables y asimilables y su extracción se da por crecimiento, sin alterar ecosistemas. Estos ya se encuentran en textiles, estructuras de objetos y material de construcción, tintas o polímeros. Algunas de estas tecnologías pueden replicarse a pequeña escala, en casa; aunque las cualidades físicas de los materiales no son las mismas que lo que se puede producir de forma industrial.

“Creo que en un futuro no vamos a extraer materiales, sino a crecerlos. Si seguimos por la vía de la sostenibilidad, estos son una opción fuerte para cambiar el sistema de producción actual”.

El ritmo de producción actual es extremadamente acelerado, producimos más de lo que realmente necesitamos y por tanto extraemos a un grado que provoca la destrucción de ecosistemas completos; todo para terminar de generar “productos”, que se vuelven desechos. En un futuro, tendremos que aprender a bajar este ritmo y entender que tenemos que producir en la medida en la que estos materiales se regeneren para no alterar el medio ambiente.

“Ya no podemos diseñar sin pensar de qué están hechos nuestros productos y que les va a pasar una vez que los desechemos. No es solo lo estético o lo funcional lo que importa, sino su propio ciclo de vida; ahí está la innovación”.

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En el caso de los biomateriales, aún estamos en etapas de desarrollo temprano. Sin embargo ya hay iniciativas que buscan la sostenibilidad y erradicación de desechos en los productos que generan. Hoy, el 78% de los productos de Nike contienen algún material reciclado y se sigue trabajando  para aumentar este número. Están abordando el cambio climático a lo largo de toda su cadena de valor extendida colaborando con fábricas independientes y proveedores de materiales que ofrezcan mejores alternativas en los métodos de producción y el abastecimiento de energía.

Inspirados por Nike: Move to Zero, Taina Campos nos comparte sus procesos de experimentacion para lograr nuevos materiales.



  • FOTOS: Alberto Rebelo

Fecha de Publicación:
Lunes 17/05 2021