Ollie Torres es la ilustradora invitada de septiembre

Ollie es la más joven de dos hermanos, creció en la colonia Ramos Millán ubicada en Iztacalco; una colonia de la que su abuela fue fundadora y actualmente se reconoce como una zona insegura de la ciudad. Gracias al apoyo y esfuerzo de sus padres Olinca y su hermano asistían a diversas actividades fuera de la escuela como música, pintura y deportes.

Su primer encuentro con la ilustración inició gracias a su papá, un dibujante y pintor amateur que siempre quiso estudiar en La Esmeralda, pero por la situación familiar que vivió al crecer no le permitió acceder a esa oportunidad y mejor estudió economía. Sin embargo, todos los días acompañaba a Ollie a hacer la tarea y a ilustrar todos sus cuadernos. En la preparatoria disfrutaba de tomar fotos, dibujar y también paso por muchas bandas de diferentes géneros y estilos; como baterista, cantando o tocando la guitarra, siempre supo que estaría en humanidades, así que termino en la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.

No fue lo que esperaba y fui una alumna bastante promedio hasta que en el último año de la carrera caí casi por error tomé una clase de ilustración que me atrapó. Y cuando por fin me titulé, decidí darle continuidad a la ilustración y me enrolé en la maestría (con orientación en ilustración) de la FAD. 

Ollie Torres

Durante ese periodo empezó a ir a algunos encuentros de fanzine y autopublicaciones como zin amigos o mata zanos. La gráfica y la actitud de la gente en esos festivales la inspiraba, así fue que decidió arrancar un proyecto con su ex llamado Lowfay; publicaron un par de ensayos, libros de artista, stickers y un par de zines. El proyecto evolucionó en una banda de live coding llamada triste tren, con la que circularon por algunas de esas ferias y diferentes encuentros de live cinema, performance y arte sonoro.

Al concluir esa etapa y tras una ruptura de pareja sumamente complicada, decidió volver a la ilustración. En un plazo menor a dos años, pasó de hacer sus dibujos en tinta china en una mesa de la cocina de la oficina a dirigir a un equipo de hasta 12 ilustradores que alimentaban el contenido de una plataforma digital.

Fue una época muy chida y muy difícil en la cual pude tuve el privilegio de trabajar con ilustradores que admiro en lo profesional y que estimo como amigos. Gente como Paulyna Ardilla, maldito perrito, Patty Hugues, Indestructible, Javi Torres, Luis Atilano, Cuervo Ibañez o el Dive son parte importante de mi crecimiento como ilustradora.

Ollie Torres

Sin embargo su rol dentro del equipo cambió mucho y conforme el tiempo avanzaba dibujaba cada vez menos, hasta que dejó de dibujar y pasaba la mayor parte frente a hojas de Excel. El último año en esa plataforma fue difícil para ella, ya que una serie de noticias y eventos concluyeron con la desintegración de su equipo y salida de muchas personas; tenía de nuevo el sentimiento de no estar haciendo lo que debería de estar haciendo, dibujar.

En la actualidad, Ollie trabaja en una agencia de video marketing donde realiza diseño e ilustración; el resto de su tiempo lo divide entre sus ilustraciones personales, comisiones para otras agencias y medios digitales.

Soy colaboradora de Femgrafía, (una plataforma para la difusión e investigación de fotógrafas emergentes de Latinoamérica y España creada por mi amiga Karla Guerrero) y en la medida de lo posible hago el esfuerzo de sumarme a proyectos e iniciativas que dan voz a comunidades en riesgo.

Ollie Torres

Háblanos un poco de tu hogar y entorno ¿cómo consideras que esto aporta a tu labor creativa?

Como a muchas mujeres de mi generación, el feminismo llegó como una ola a sacudirnos en lo más profundo. Todo cambia cuando te obligas a preguntarte ¿que hubiera sucedido si hubiese sido una mujer?. ¿Y dónde estaban las mujeres cuando eso sucedió?. Y lo más preocupante es que casi todas las respuestas (sino es que todas) revelan injusticias y formas de violencia. Del sistema, de la sociedad, de los medios, pero también las propias. 

El feminismo enseña empatía, crea intersecciones con comunidades diversas y poco representadas, promueve el aprendizaje y alienta la creación de redes de apoyo. Gracias a él he descubierto un empuje para dibujar más, para no tener miedo de decir lo que pienso, para colaborar con otrxs, para aprender cosas nuevas y compartirlas sin temor, porque todxs estamos aprendiendo. Ahora hago el esfuerzo de extender mis dudas sobre el mundo a otros ámbitos. Pero lo que más agradezco es que me ha dado la claridad para saber que lo que busco de mi existencia es que mi manera de pensar y actuar en la vida no sea una que someta u oprima otrxs. O como mi papá siempre me decía. Pensamientos claros y sentimientos nobles. 

Comparte un poco desde tu experiencia o círculo cercano ¿cómo crees que está actualmente la ilustración?

Creo que México es un país con ilustradorxs enormes, con una variedad muy amplia de estilos y formas de trabajo. Y creo que estamos en un proceso en donde se percibe con mayor seriedad y respeto a la obra de lxs ilustradorxs. También creo que la ilustración ha ido ganando terreno cuando se trata de ubicarla dentro las profesiones que requieren disciplina, responsabilidad, ética y profesionalismo. Y aunque aún existen prácticas laborales donde la paga no corresponde al trabajo que se hace o se regatea debido al menosprecio o desconocimiento de lo que implica hacer una ilustración, también me entusiasma ver que cada día la ilustración es más tomada en cuenta, no sólo por su valor estético o potencial comercial, sino como herramienta de aprendizaje y de transformación del mundo. Y creo que eso es algo increíble. 

Platícanos un poco sobre tu proceso creativo ¿cómo empiezas los proyectos y los vas desarrollando? ¿cuáles son las temáticas que te inspiran?

Siempre comienzo con una pregunta la cual intento responder mediante la documentación y consulta de diversas fuentes. Procuro que esas fuentes cubran al menos tres perspectivas, social o política, histórica y visual. Organizo esa información e intento redactar una conclusión o punto de vista personal a partir de la cual elaboro rayones o diagramas de flujo que se convierten en estructuras de alambre y líneas erráticas y peludas que masajeo hasta alcanzar una respuesta o nuevas preguntas. A veces sale bien, a veces sale mal, pero es justo eso lo que me encanta, siempre sale algo, siempre aprendes algo nuevo y con suerte al acabar un nuevo dibujo eres un poquito mejor. 

En cuanto a temáticas creo que no tengo un tema fijo, pero siempre intento orientar mis ilustraciones hacia la experiencia personal y hacia las emociones, porque creo que ahí se alberga el hilo conductor que nos conecta con otrxs. Pensemos o no igual, todxs compartimos la tristeza, la risa, el miedo y el amor.

Compártenos dos o tres -proyectos,colegas o cuentas de ig- que te inspiren y gusten mucho.

¡Híjole, que difícil! Serían Concha Eléctrica, 36daysoftype, blumoo, Saúl de León, Papaya queen,  Cruces x Rosas y The Nib.

¿Realizas otras actividades que inspiran tu trabajo? (foto, diseño, escritura, un diario, algún proyecto digital o hobbies)

Siempre me gustó la música, siendo chavita fui a clases y cuando cumplí 15 años mis papás me regalaron una batería en lugar de fiesta de 15 años. Pasé por muchas bandas de muchos géneros, desde post rock hasta bandas de improvisación. Nunca fui buena, pero siempre lo hice porque era divertido y porque era el único espacio donde siempre me sentí cómoda para equivocarme, sin ningún tipo de compromiso u obligación de “hacerlo bien”. Y quizás por el tipo de amigos con los que toqué siempre mantuve la idea de que el error era algo bienvenido. 

¿En qué proyectos andas o cuáles tienes a futuro?

Por ahora colaboro con diseño y arte en femgrafía y he participado eventualmente con Cruces x Rosas e Hysteria! revista. Me encantaría seguir colaborando con más proyectos de ese tipo y poder dedicarme de lleno a la ilustración. Hacer un cómic sobre mi abuela y mi familia que tengo parado hace años y darle otro intento al aprender más sobre las letras. Diseñar una o varias fuentes tipográficas; probar la cerámica y hacer murales, aún sigo decidiendo. También dos proyectos a los que les he dedicado bastante tiempo; uno que se llama freelenial donde estoy a cargo de los artes para redes y una memoria fotográfica que estoy haciendo de mi familia, por ahora sólo llevo la parte que corresponde a mi abuela materna pero quiero continuar con la recuperación de la memoria fotográfica de la familia de mi papá.

¿Qué inquietudes o problemáticas te gustaría abordar o desarrollar más en tu obra?

Me gustaría seguir aprendiendo, dibujando y compartiendo sobre derechos humanos y naturaleza.

En el caso de los avatares que realizaste, ¿Qué fue lo que te interesó plasmar? ¿De qué manera realizaste ese acercamiento?

Mi acercamiento inicial fue preguntarme ¿por qué la gente se va de casa? ¿Es la experiencia de migrar, igual para todxs? ¿Existe igualdad de oportunidades y derechos cuando se trata de cambiar nuestro domicilio? . Las respuestas son muchas y aún debo seguir documentándome, pero básicamente la gente deja casa para mejorar su vida. Cuando ha perdido su hogar, cuando es perseguida y su vida está en riesgo, cuando sufre discriminación y violencia extrema; cuando los derechos y oportunidades para tener una vida mejor no son accesibles en su lugar de origen.  

Y no, la experiencia no es la misma para todxs. No se viaja igual si no se tiene el dinero o las redes de apoyo necesarias, los peligros son mayores si viajas y no tienes documentos; se te trata diferente si vienes de Sudamérica a que si vienes de Europa; no se viaja igual si eres mujer o eres  hombre, si eres adulte o eres niñe, si tu orientación sexual no es heterosexual. Y definitivamente no se viaja igual cuando los gobiernos y la sociedad no reconocen que migrar es un derecho humano y que la diversidad es el factor clave para tener sociedades más justas donde todes tenemos las mismas oportunidades para ser felices.

***

Para conocer más sobre Ollie Torres y su trabajo, visita su instagram.