LA PREGUNTA CON LA QUE INICIAMOS ESTA NOTA TIENE VARIAS RESPUESTAS POSIBLES. TODO DEPENDE DESDE QUÉ PERSPECTIVA LO ESTÉS VIENDO.

Para los creadores, la Semana de la Moda es el cierre de un arduo proceso creativo, el día en el que, sobre la pasarela, ellos mismos pueden ver de manera crítica y objetiva su trabajo; y es, también, la manera de dar a conocer su trabajo a compradores, editores, medios de comunicación e influencers.

Los periodistas de moda buscan las historias, el talento nuevo, el cómo las marcas ya establecidas siguen innovando su esencia. Nacen nuevas historias de la interpretación de las colecciones, se juzga el trabajo de los creadores de una manera objetiva teniendo el conocimiento de la situación actual de esta industria.

Para los compradores es la oportunidad de ver cuáles son las siluetas y colores que van a invadir el mercado y hacer sus apuestas por las colecciones que más les convenga tener en sus aparadores, pues son último participante del ecosistema fashionista y el que está más cercano al fin elemental de una semana de la moda: lograr la venta y fomentar la publicidad de las firmas que en ellas se presentan.

Al final todo cobra sentido, todos los esfuerzos valen la pena si se logra concretar la venta, que es el propósito de una semana de la moda: que la colección cambie de pasarela y adopte la calle como su nuevo escenario.

A los fashionistas románticos nos pesa un poco la idea de que la búsqueda de la identidad, la conceptualización  de un statement, en sí el sublime acto de crear moda, esté tan ligado y dependa casi por completo del capital económico; pero, nos guste o no, la moda además de ser un reflejo social e identidad es un negocio, es una industria que mueve millones de dólares en todo el mundo.

¿Qué está pasando en México?

Las semanas de la moda en nuestro país existen desde finales de los años 70 promovidas por personalidades como Anna Fusoni y Denisse Selznik. Desde ese momento distintas plataformas han ido apareciendo, con diversos formatos y mezclando muestras textileras con pasarelas.

Antes, las plataformas competían dando su visión de lo que debería ser una semana de la moda. No fue sino hasta 2015 que se logra una “unificación” cuando Mercedes-Benz Fashion Week se une con NOOK y se crea implementa el formato multi-sede.

Este esfuerzo sin duda ayudó a fomentar la cultura moda en el país, en primer lugar porque el gobierno de la Ciudad de México reconoce a la moda como parte de la cultura creativa del país, tan valiosa como el diseño y la arquitectura. Y entonces la moda en México se empieza a acercar, aún en formato aspiracional (desfile), al único escenario en el que puede crecer: la calle.

La semana de la moda como plataforma #MBFWMx ya se solidificó. Ahora después de 5 ediciones podemos empezar a evaluar si está cumpliendo con sus funciones elementales: la promoción y venta de la colecciones que se presentan en ella.

Este evento lo cubren medios de todo el país y algunos extranjeros. Está claro que la promoción existe pero, ¿y la venta?

El Palacio de Hierro de Polanco es el punto de venta más grande con nombres nacionales, algunos –no todos– se presentan dentro de la semana de la moda nacional.

Por otro lado, el retail minorista del país como Stendhal Store o Ikal cuentan igualmente con firmas nacionales, la diferencia es que esta última tienda tiene más marcas mexicanas que son un éxito comercial y que no forman parte de la semana de la moda.

La venta existe y va en aumento, pero, ¿es resultado de la promoción dentro de #MBFWMx?



  • FOTOS: Coolhuntermx

  • TEXTO: María Nájera

Fecha de Publicación:
Sábado 05/05 2018