ESTE AÑO TOCÓ ESPECTÁCULO DOBLE PARA MÉXICO: CAMPAÑAS POLÍTICAS Y MUNDIAL DE FÚTBOL.
Hay tres temas que no se “deben” tocar en la mesa: religión, política y fútbol.
Las raíces de este conservadurismo conversacional, especulo, vienen de un “no me toques al mío y no te toco al tuyo”, una pseudo-regla de comportamiento raramente se sigue y el juego de la conversación, desde su inicio se vuelve una falta. Se empieza con una conversación que “no debería suceder”.
La regla, aunque ancestral, anticuada y transgredida incluso por sus más fervientes acólitos, ha formado la manera en la que hablamos de estos temas.
En el caso del fútbol y la política, existen formas y retóricas particulares y generacionales. Su legado más importante es que las conversaciones que se dan entorno a estos temas, sobre todo en público y en los medios, son monólogos.
Esta falta histórica de espacios de conversaciones y sanciones moralistas a las mismas, nos han dejado sin la habilidad de escuchar, parte fundamental de toda conversación, no sólo para saber qué contestar, sino para entender.
El político y el comentarista de futbol hablan como si tuvieran la única y absoluta razón.
No hace falta más que buscar los debates de los candidatos en curso: monólogos acusatorios. La retórica que alguna vez fue clave en el proceso político ha intercambiado lugares con berrinches coléricos y una que otra intervención a manera de acto dramático (pensemos en Purificación Carpinteyro) o de slogan de producto (El Bronco).
Ni qué decir del caso del fútbol, para muchos odiado y para otros casi una religión, en donde se busca tener la razón sobre el otro, como sea.
Sí deberíamos estar teniendo estas conversaciones
Este año coincidieron en México las elecciones y un mundial, en el que la selección ha emocionado a muchos con su participación, y las conversaciones giran en torno a esto, queramos o no.
Sin embargo, no se trata de discutir agresivamente, sino de aprender a escuchar, a hablar, a dialogar, a dar nuestra opinión sin atacar los gustos o posturas del otro, conversar sin querer ganar la batalla, sino nutrirnos, aprender del otro.
En una semana el país habrá elegido un nuevo Presidente y en ocho años se celebrará un mundial en México, Estados Unidos y Canadá y sin duda, debemos aprender a conversar.
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FOTOS: Cortesía
TEXTO: Lorena Canales
Fecha de Publicación:
Lunes 25/06 2018
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