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LA MAYORÍA DE ESTE GÉNERO ESTÁ CENTRADO EN EL DESEO MASCULINO, PERO ¿QUÉ MÁS HAY?

¿Qué piensas al escuchar “Literatura erótica”? Cuando hablamos de este género no sólo nos referimos a la relación sexual, sino a la escritura que tiene que ver con el deseo y que no es necesariamente lo pornográfico como tema central. No obstante, también puede involucrar temas como estereotipos, clases sociales y diversas perspectivas sobre el cuerpo. 

Manuel Barroso, autor de “Se abren los caminos”, licenciado en Literatura Latinoamericana, quien además cuenta con una maestría en Letras Modernas y actualmente se encuentra cursando el doctorado en Letras, nos comparte el panorama de la literatura erótica mexicana.

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Una masculinidad frágil no piensa en el deseo del otrx

Por un tiempo este género no tuvo una censura directa, pero sí la intención de tocar ciertos temas de una forma “decente”. No obstante, tiene un punto de quiebre por la llegada de la literatura de “La Onda”, con José Agustín, René Avilés Fabila, etc. Ellos se unen a la juventud que habla de rock and roll, drogas y sexo.

Años después, este canon comienza a cambiar con la aparición de textos como “El vampiro de la Colonia Roma” de Luis Zapata Quiroz. Si bien es una novela de crecimiento también ahonda en el mundo del erotismo homosexual.

Aunado a esto, este género se comenzó a tratar como algo que “no es vulgar”. Un ejemplo es el “El libro vaquero”, la colección más vendida en México desde hace años. Un tiempo Fabrizio Mejía Madrid, un novelista reconocido, fue director editorial de esta narración e invitaba a narradores afamados a escribir el libro. La apuesta de Fabrizio fue que esto no era un impedimento para contar una buena historia.

Como podemos observar, la tradición de novelas eróticas son protagonizadas por hombres y el deseo masculino, el cual considera al femenino como objeto. Estos textos pueden ser un indicador de cómo entendemos el género. Una masculinidad frágil no piensa en el deseo del otrx.

No hay nada más fantasioso que la literatura erótica escrita por una masculinidad frágil, nada. 

Manuel Barroso.

Al final, resultan más interesantes algunos textos que van hacia otras perspectivas que no sólo tienen que ver con lo masculino. Hay literatura erótica escrita por mujeres y por disidencias. Pero estas facetas no son tan publicadas, pues según Barroso, falta visión editorial. 

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La pluma femenina

Pese a todo, las mujeres han comenzado a ser publicadas con temas eróticos. Hay novelas como “Jugaré contigo” de Maritza M. Buendía y “Te gusta el látex cielo” de Nadia Villafuerte. Igualmente, Ana Clavel tiene obras como “Cuerpo Náufrago”, texto en el que cuestiona el deseo y el género con una exploración centrada en descubrir. 

Dentro de esta clasificación también se encuentra “Vapor” de Julieta García González. En esta novela convergen temas como las clases sociales, la forma de pensar el cuerpo, la gordofobia y el deseo. La protagonista es una mujer con un notable sobrepeso, pero es joven y tiene un rostro divino. Ella acude a un club donde la clase alta de la sociedad mexicana pasa su tiempo. 

Las mujeres en el libro piensan “¿Quién querría a la gorda?”, “Venimos a hacer ejercicio y sudar para ser delgadas y deseables”. La ironía es que todos los hombres del club la desean y nadie lo entiende, “porque no deberían”. Hay una idea voyeurista de todos los hombres que la observan sin ser vistos.

Por otro lado, tenemos “El lenguaje de las orquídeas” de Adriana González Mateos. La historia es protagonizada por una chica que narra un encuentro sexual con su tío cuando ella tenía 13 años. Hace el recuento de cómo eso le hizo despertar deseo. No obstante, no olvida que al fin y al cabo es una relación de poder y pedofilia. 

Vivimos en un mundo donde por desgracia hay una cantidad aterradora de violencia sexual de hombres a mujeres y la literatura no puede ser ajena a eso. Estaría bien padre que al pensar en la relación sexual sólo pudiéramos hablar de lo erótico, del goce del cuerpo. La bronca es que estamos en un país de mierda donde su masculinidad frágil y ridícula, la misma que forja la identidad nacional, utiliza la relación sexual como un proceso de poder.

Manuel Barroso.

Aunado a esto, el libro está publicado en Editorial Tusquets, pero no en La sonrisa vertical, su colección de literatura erótica, sino en Andanzas. Esto da mucho para pensar porque “Lolita”, la cual es una novela de pedofilia escrita por un hombre, sí es catalogada como erótica en diversas editoriales. 

La percepción de la literatura erótica

Según Manuel Barroso, este tipo de textos se leen y estudian, sin embargo no son best sellers, porque es muy difícil que un libro escrito por alguien mexicano lo sea. Además, la literatura erótica es vista como un subgénero, cercano al terror, a la ciencia ficción o a la novela rosa. Por ello, no es considerada por la crítica como “alta literatura”, por lo que adolece de ciertos prejuicios. 

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¿Has leído alguno de estos textos? ¿Qué piensas ahora sobre este género?


  • TEXTO: María Fernanda Carmona

Fecha de Publicación:
Martes 8/08 2023