DESDE CATEGORÍAS DE GÉNERO HASTA PRÁCTICA DEL DISEÑO ¿QUÉ CUESTIONAMIENTOS ME ARROJÓ ESTA MUESTRA?

Diseño en femenino. México 1940 – 2022 es curada por Ana Elena Mallet y Pilar Obeso donde pretenden relatar una historiografía del diseño hecho por mujeres a través de tres secciones principales: diseño como idea de lo femenino; la profesionalización del diseño y la diversidad del diseño. Una muestra que contempla el trabajo de 110 creadoras a través de 335 piezas provenientes de 15 estados de la República Mexicana reunidas en el Museo Franz Mayer.

Diseño como idea de lo femenino

El abordaje de esta primera sección de la muestra me arroja el primer cuestionamiento: ¿Qué tan pertinente es seguir apelando a las categorías de género como lo «femenino»? Cuando considero que lo único que generan es confusión. Al menos desde mi experiencia docente, no hay claridad en el entendimiento de estos conceptos en el alumnado; el más recurrente: pensar que lo femenino es sinónimo de mujeres o que lo femenino sólo debe atribuirse a ellas. 

Muchas personas en un amplio espectro de identidades pueden identificarse con lo femenino independientemente del género asignado al nacer; esto quiere decir que la muestra podría contemplar no sólo trabajo hecho por mujeres cis. Aunque la muestra incluye a una mujer trans, en palabras de Ana Elena, el objetivo de la muestra no era cumplir con una cuota de representación. Más bien, hacer una valoración a partir de su trabajo y del «buen diseño». Entonces el título de la muestra no es tan acertado del todo, ¿no?

En un sistema hetero patriarcal que impone a lo femenino como inferior y que refuerza binarismos (hombre-mujer, masculino-femenino, sociedad-naturaleza) donde ya sabemos quien está por encima de quien; ¿Qué tan necesario es “resignificar” estas categorías? Tal vez se deban dejar atrás para desarticular antiguos paradigmas de lo que debe ser femenino o masculino en nuestra vida diaria, desde cómo vestimos, cómo trabajamos, amamos o cómo diseñamos por ser ¿femeninas? ¿Cómo podría definir el diseño en femenino a partir de esta muestra? ¿El que está hecho por mujeres hetero cis y sus parejas con quienes deciden colaborar?

Me parece urgente trascender lo femenino y masculino en las prácticas creativas y educativas. Como diría la historiadora Joan W. Scott, “necesitamos someter continuamente nuestras categorías a la crítica y nuestros análisis, a la autocrítica”.

Osseous por Machina
Luminarias por Isabel Moncada

Diseñar y enseñar con perspectiva de género

Ahora bien, la muestra también apunta que, es importante abordar la profesionalización en el campo gráfico, industrial y textil. Por lo que uno de los trabajos de diseño insignia en México fue el de los Juegos Olímpicos de 1968 y se trató de un proyecto tan ambicioso que se formó un Comité Organizador. Posteriormente citado una y otra vez en los libros de historia, revistas, artículos y por curadores de renombre nacionales y extranjeros.

La mayoría de ellos enalteciendo a Lance Wyman y donde es innegable el relego del trabajo de Beatriz Trueblood como Directora de Publicaciones en dicho comité. Todo lo relacionado a la identidad y el diseño editorial estuvo bajo su dirección a la edad de 27 años. Trabajo que podemos ver en la sección de diseño gráfico y editorial que permite apreciar la deuda histórica que tiene el diseño hecho en México. Esa historia la dejamos para luego.

Lo anterior me hace reflexionar que las currículas en profesiones de diseño, ahora más que nunca, requieren abordar ejes temáticos sobre género y feminismos. En la muestra se presenta una colección —de Pedro y Juana— llamada Uteritario, la cual plantea la abstracción material a partir del concepto útero que culmina en mobiliario, accesorios y tapicería. Esto parece problemático desde un comienzo, ¿con qué objetivo se pretende objetivizar el órgano reproductivo de un cuerpo sexuado asignado a la mujer? Y principalmente, evocar la “adoración” como una especie de dignificación de dicho órgano.

Así lo señala el texto curatorial cuando estuvo exhibido en otra muestra previa, al referirse sobre el diseño de unos candiles: “La matriz como roca autoportante sostiene aquellas franjas de luz bailarina que cambian el tono de un lugar y nos conduce hacia la adoración”; en un contexto mexicano de cosificación y violencia de género imperante, esta colección me parece banal y ofensiva. En este caso, el diseño parece obedecer más al trend de lo mediático, sin mayor justificación o entendimiento del mobiliario en cuestión.

Ana Elena expone que la selección de estas piezas obedece a otro enfoque curatorialmente hablando pero, validar estos discursos y proyectos sin realizar ningún cuestionamiento al respecto me parece riesgoso. Lo digo porque desde los medios lo hacemos, y al parecer desde las instituciones culturales y las curadurías, también. ¿Qué podemos esperar cuando un profesional de diseño industrial decida crear bajo una “perspectiva de género”? ¿Permitir que haga una silla homenajeando a las trompas de Falopio?

¿Nepotismo en las exposiciones de diseño?

Dentro de la última sección de diversidad del diseño, por ejemplo, veo trabajo ausente como el de biomateriales que realiza Cointya Oviedo, citada solamente en los créditos de otro proyecto como colaboradora. Considero que su trabajo de investigación es uno de los más robustos de su generación. Además, ¿qué otros criterios de selección se habrán obedecido para la ausencia de Arta Cerámica, en contraposición a una marca joven como Perla Valtierra? Pregunta que reconozco no haber hecho a las curadoras. Adicionalmente, la presencia de obra de Aurora Pellizzi, por ejemplo, consiste en un conjunto de piezas de ensamble de jerga con pasadores, esponjas y flecos, entre otros accesorios; también presentes durante la pasada edición de la feria de arte contemporáneo Salón Acme y que me parecieron más acorde a dicho espacio de exhibición.

Izaskun Estudio Olfativo
Ensamble de jerga por Aurora Pellizzi

Con esto no quiero afirmar que la curaduría siempre deba ser imparcial, dicha práctica se ve influenciada por el círculo en el que nos desenvolvemos. Un círculo muy pequeño donde, afirma Ana Elena, no tiene amigos, al cuestionarle sobre el nepotismo en las exposiciones. Esto me lleva a no perder de vista que lo que apreciamos puede ser una perspectiva sesgada. Posturas que generalizan o afirman ser el panorama completo, cuando tal vez, puede tratarse solamente de un grupo cercano de trabajo o de amistades. El claro ejemplo de esto fue la muestra Disonancia Mexicana.

Para Ana Elena es importante aclarar que el proceso curatorial obedeció a muchos factores de por medio: uno tras bambalinas que no podemos apreciar. Por ejemplo, si su labor como diseñadora sigue en activo o si su trabajo pertenece a los criterios y estética señalados como buen diseño.

Mallet señala que su proceso surge de iniciativa propia y gracias a su búsqueda de financiamiento, que en este caso fue brindado por EFIARTES. Lo que permitió que todos los gastos generados a partir de la muestra fueran remunerados. También señala la necesidad de que se generen y propongan otras iniciativas curatoriales para entonces diversificar las muestras de diseño en recintos culturales. Con ello surge otra pregunta, ¿los recintos estarán listos para aceptar propuestas curatoriales o invitar a perfiles que no necesariamente sean de renombre?

Pedazo de escalera por Liliana Ovalle
Prenda por Julia y Renata

También hago hincapié en un punto que escapa totalmente a los procesos curatoriales por evidentes razones; porque como dijo George Steiner, “aquello que no se nombra, no existe”. Se trata de la explotación y violencia laboral ejercida por mujeres hacia otras mujeres. Si lo abordamos desde una perspectiva feminista donde la vida se pone en el centro: ¿Qué tanto se da importancia a la dignidad humana por encima del dinero y las ganancias? Es evidente que esto no sólo sucede en el diseño, también en otras disciplinas e industrias, sin embargo, se trata de un secreto a voces.

Me han compartido personas que han formado parte de los equipos de trabajo de algunos proyectos presentes en esta exposición, que han padecido de violencia laboral, pagos injustos o abuso de autoridad. Son acusaciones fuertes sin fundamento, lo admito, pero hay un tema inevitable sobre la mesa: ¿Qué sucede con proyectos que se abanderan como feministas o “buenos empleadores”, pero que en lo privado violentan a sus subordinadas y subordinadxs? ¿Qué pasa cuando simplemente se apropian del término? ¿Es importante cuestionarnos hoy en día, cuáles son esas violencias que nos atraviesan y que por lo tanto, replicamos? El día que podamos entender y externar cómo el patriarcado incide en nuestras jornadas laborales; y cómo los discursos sin congruencia atraviesan nuestras vidas, entonces estaremos cerca de relaciones profesionales más sanas.

Al fondo de izquierda a derecha: Déjate Querer, Perla Valtierra y Caralarga

La muestra está acompañada de un programa educativo que complementará y abordará otros ejes que puedes consultar en el portal del museo. Por el momento te invito a visitarla ya que, si no estás tan familiarizadx con el diseño, te proveerá otros acercamientos (que mi perspectiva en este texto no te aportó). Y así tener más herramientas de conocimiento y decisión si piensas estudiar una carrera o emprender de manera autodidacta en la disciplina. Porque el “buen diseño” ya no debería ser legitimado únicamente por las instituciones educativas o por tener estética eurocentrista y “contemporánea”. Hay muchos otros diseños que no precisamente encontramos en los museos.


Fecha de Publicación:
Martes 07/03 2023