La moda en la política mexicana

La moda es una poderosa arma de comunicación política.

Patrycia Centeno

La moda maneja y domina mejor que cualquier otra disciplina el poder de la imagen, y ahora más que nunca, ya que en la época de las redes sociales la imagen se ha convertido en la moneda de cambio que refuerza o sepulta los discursos políticos.

Los candidatos políticos son solo la punta del iceberg de todo un equipo de profesionistas expertos en moda, cosmética, psicología y demás herramientas que crean la imagen de una persona que se implantará en el imaginario colectivo.

Todo es resultado de un análisis profundo de su agenda, un diagnóstico de cómo mejorar, qué dejar de hacer y qué seguir haciendo.

Todos lo políticos, o la menos su gran mayoría cuentan servicio de personal shopper para completar su guardarropa para el rol que debían de jugar en cada evento.

Nos acercamos a Marika Vera, creadora de moda mexicana, quien antes de iniciar su marca homónima de moda trabajó en una consultora de imagen.

Mi trabajo era ayudar a los clientes a que esa parte de su trabajo cumpliera con ciertos lineamientos y, de alguna manera, facilitara esa actividad diaria de sus vidas con apretadas agendas.

Para ti, ¿cuál es la relación entre la moda y la política?

El hombre cubre sus necesidades desde la prehistoria de la siguiente manera, primero come, después se viste. La moda es la manera de vestirse que de alguna manera se va adaptando dentro de un marco histórico y por ende político. Un político se debe de vestir con ciertas líneas de etiqueta, por ende la moda y la política deben de ir de la mano. Pero no se puede comparar la relación de Jackie Kennedy con la moda y la de Elba Ester Gordillo.

¿Qué símbolimos de indumentaria es recurrente en la política mexicana y qué mensaje quieren dar?

El traje para asambleas con corbata del color del partido. El jeans o pantalón casual tipo docker con camisa blanca y botas para los eventos en presentaciones más populares y casuales. En el caso de las mujeres el traje con falda a la rodilla con blusa.

El mensaje se pierde cuando escogen emblemas clásicos poco económicos como el cinturón Ferragamo, el trench coat Burberry, la bolsa de Louis Vuitton.

La falta de discreción, a mi parecer, denota una falta de educación. No me parece que esté mal vestirse de marca, pero al no tener cultura de la moda siempre se van por las opciones que denotan dinero o poder a las masas, una estrategia verdaderamente inconsciente y estúpida.

En tu experiencia, ¿crees que los votantes esperamos ver algo muy específico en la vestimenta de los candidatos?

A mi parecer un look sencillo sin marcas, aunque en realidad creo que hay una apatía y pérdida de confianza en la gente con relación a la política. Sinceramente creo que a la gente ya le da lo mismo, estamos cansados de las telenovelas; pero el candidato debe de ser precavido y no llamar la atención con artículos que definitivamente se salen del presupuesto de sus “salarios”, aunque en realidad a ellos les importa poco aparentar, si no aparentan con sus propiedades porque lo harían con sus guardarropas.

El presupuesto en vestuario {presidencial} en este año fue de 11.56 mdp, cifra muy por encima de los 8.65 mdp de 2011 pic.twitter.com/b19pvV5NJB

— Nayeli Meza (@nayeli__meza) 7 de marzo de 2015

¿Cuáles son las diferencias entre la forma de vestir entre los partidos?

Una línea es buscar que el distintivo o detalle lleve el color del partido para diferenciarse en debates. No hay muchas diferencias a mi parecer.

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El guardarropa de los políticos es la union mejor analizada de ideologías (estereotipos de partido), contexto (modas sociales y geográficas) e individualidad (rasgos físicos y psicológicos).

La reflexión detenida de la vestimenta de cada candidato nos ayudará a  comprender de forma más precisa el mensaje político actual y cuál es su verdadera intención.