UNA ROSTICERÍA Y CANTINA CON INSPIRACIÓN ARGENTINA-URUGUAYA Y TRAGOS ÚNICOS EN LA JUÁREZ

Hace poco más de dos meses abrió Lo de Julio, el restaurante marido de Sonia, en la calle de Oxford en la colonia Juárez. Mientras que Sonia ofrece una opción más enfocada en el fine dinning, Lo de Julio mezcla dos conceptos más relajados, una cantina local y una rosticería.

Decir que es sólo estas dos cosas es quedarnos cortitos; en el primer piso tienen su propia panadería en la que hornean en las mañanas para ellos y otros proyectos gastronómicos (pronto ofrecerán venta de productos al público). Y están por abrir la terraza en el sexto piso para terminar de concretar la idea de un bar-cantina. Con una cocina abierta y diferentes espacios, la experiencia y sabores del lugar lo vuelven uno de los referentes de una zona que se está reactivando rápidamente.

Menú

El chef David Fajardo ha creado opciones pensadas para compartir; platillos que parten de la tradición gastronómica rioplatense (argentina y uruguaya) pero que van más allá de lo que conocemos en México: empanadas y cortes de carne. La Porchetta fría con encurtidos se hace en el rosticero y se acompaña de una mayonesa casera con balsámico. Los clásicos Arancinis se hacen con arroz de calabaza y parmesanos y los corazones de lechuga rostizados con aderezo de cacahuate y pistaches están llenos de sabor (y son una opción vegetariana ideal).

En el rosticero se hacen dos preparados diferentes para el pollo, adobado y con mantequilla de romero. Y dos tamaños diferentes, los chiquitos son los que se comen en el restaurante (individuales) y los grandes están pensados para llevar. Esa es una particularidad del lugar, varios de los platillos se pueden pedir por kilo. De esta forma mantienen en concepto de pedir pollo más complementos como el puré de papa o de camote rostizado (este último lo tienes que probar); y llevar la experiencia a casa o de paseo.

Ahora están en un proceso de escucha a los comensales y a la comunidad. Más allá de crear una carta fija desde el inicio quieren integrar opciones que la misma gente vaya sugiriendo. Su opción de menú ejecutivo, ha sido una manera de medir la respuesta a través de tres platillos diferentes cada día, que no siempre forman parte de la carta. El risotto con hongos ha sido uno de los favoritos y tras el éxito obtenido, es probable que se quede como fijo.

Bebidas

Los cocteles de la casa son cuatro diferentes, cada uno con su propia personalidad. El Atorrante es semejante al Aperol Spritz hecho con Amaro Averna y el Chamullero es una opción fresca con mezcal y jarabe de maracuyá. La carta destaca su curada selección de Vermuts: españoles, mexicanos e italianos, que se pueden acompañar de unas clásicas aceitunas para una tarde de tragos.

Las opciones de cerveza las integran dos marcas locales, Monstruo de agua y Buscapleitos con diferentes variedades. En las opciones sin alcohol, además de refrescos comerciales tienen sodas probióticas Chinampa y aguas del día muy frescas.

Espacio

De entrada el punto focal del espacio es la cocina abierta, dentro de ella podemos ver cocinarse cada uno de los platillos y el rosticero al fondo. Con iluminación cálida y juegos de espejos podemos ver el espacio abierto. Además, el lugar tiene distintos ambientes, desde las mesas en el exterior a un espacio al fondo que se siente más íntimo. En el primer piso la panadería y próximamente tienda y hasta arriba abrirán la terraza. El interiorismo estuvo a cargo de Ezra Buenrostro y su estudio Re.hab.

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Lo de Julio es un restaurante agradable con una propuesta gastronómica muy especial en la ciudad. La ubicación permite mantenerse discreto, pero al mismo tiempo ser esta joya que espera ser encontrada tanto por los locales como por los turistas que se pierden a unas cuadras de Reforma. Se nota y agradece el cuidado que tienen en cada detalle y el control de todos los procesos.



  • Oxford 35, Juárez. CDMX

  • TEXTO: Rodrigo De N. Colmenero

  • FOTOS: Vanne Flores

Fecha de Publicación:
Viernes 27/08 2021