YA SEA TENDENCIA O NECESIDAD, MINIMIZAR EL IMPACTO AMBIENTAL EN LA PRODUCCIÓN TEXTIL ES UNA REALIDAD CRECIENTE
La industria de la moda nacional ha vivido muchos momentos importantes en las últimas décadas, como el alcance de nuevos mercados internacionales, un despertar en el interés del comprador mexicano por el producto nacional, el incremento de puntos de venta; entre otros. Es decir, muchas de las metas que se habían planteado para el diseño en México se han ido logrando poco a poco. De manera paralela, en años recientes la sostenibilidad ha creado un nuevo código de exigencia para las marcas y aquellas metas se han desplazado, y han agregado más factores a la competitividad ante marcas extranjeras.
Estas son cinco tendencias que impactarán este año la sostenibilidad de la moda en México. Sus posibles consecuencias no son necesariamente positivas o negativas, pero sí invitan a cuestionar de qué manera estamos aprovechando las ventajas que otras capitales de la moda desearían tener: materia prima, mano de obra, diseño y retail todo bajo un mismo techo.
CRISIS DEL ALGODÓN MEXICANO
El año inició con un desabasto importante de semillas de algodón en el país, y que ha causado el desplome del 33% de la producción de esta fibra. Por un lado el gobierno, quien provee al campo de aquellas semillas a través de la Secretaría de Agricultura, se niega al algodón transgénico argumentando que puede ser una amenaza para el endémico. Y por el otro, la crisis del algodón chino (causada por su relación con el genocidio uigur) ha generado presión en agricultores, cámaras industriales y empresarios en México para que el algodón nacional se vuelva atractivo a los principales compradores de esta fibra, como Estados Unidos, y que la cercanía represente otra ventaja competitiva.
¿QUÉ CONSECUENCIAS PODRÍA TRAER?
De continuar esta situación, podría traerle problemas diplomáticos a México por incumplir acuerdos del T-MEC y crecería la entrada de materias primas ilegales a nuestro país. Por ahora estos materiales que entran de contrabando, y se costean por debajo de la materia prima nacional, han ayudado a que la industria textil no detenga su producción de telas. Sin embargo, ¿no sería el sueño de toda cadena de suministro sostenible producir con materias primas con trazabilidad y cercanía?
COLABORACIONES CONSCIENTES
El surgimiento de marcas mexicanas con conciencia en sus modelos de negocio y en sus procesos de producción ya no es un fenómeno nuevo. Sin embargo, los diseñadores se están abriendo a las posibilidades de los procesos colaborativos tanto locales como internacionales, y demostrando que se puede crecer en conjunto. Someone Somewhere, por ejemplo, la marca cuyo modelo de negocio ya está basado en la colaboración con artesanos, creó una alianza estratégica con la aerolínea estadounidense Delta, para dotar sus vuelos de kits de viaje creados por artesanos mexicanos. También, de manera más local, las marcas basadas en CDMX Básicos de México y ⅛ Takamura, anunciaron a principios de febrero una colección cápsula colaborativa de piezas de algodón y PET reciclado, que une el trabajo de maquila justa de BSCS, con un diseño geométrico de Takamura que minimiza el desperdicio.
¿QUÉ CONSECUENCIAS PODRÍA TRAER?
Estas alianzas muestran que los proyectos de impacto social se están abriendo al mainstream y cada vez más, dejan de ser marcas de nicho o piezas cuya compra se genera a partir de un sentido altruista. Podríamos comenzar a ver más crecimiento de estas marcas y el surgimiento de otras nuevas. Quizás no este año, pero podrían comenzar a ser la norma y no la excepción.
LA TRANSPARENCIA ES TENDENCIA
Cada año, la ONG británica Fashion Revolution, presenta un índice de transparencia de la cadena de suministro, en el que califica a las marcas de ropa y calzado a nivel internacional. En 2020, México se convirtió en el segundo país en generar su propio índice de marcas locales (después de Brasil) y así, para 2021, 31 empresas participaron en este nuevo análisis. La evaluación incluye Políticas y Compromiso, Gobernanza, Trazabilidad y Diligencia; y este año se hicieron adendas sobre las acciones de las empresas en torno a la pandemia por Covid-19 y sobre el respeto a la propiedad intelectual de comunidades indígenas. Los primeros sitios en transparencia los ocuparon, en orden: C&A, Levi’s, Zara, Ilusión y Liverpool, pero también destacaron Oggi Jeans, Coppel y Andrea por haber generado grandes cambios de 2020 a 2021.
¿QUÉ CONSECUENCIAS PODRÍA TRAER?
En 2022 habrá que observar los avances que gestionaron las marcas que participaron en los índices previos y exhortar a que más empresas se sumen. Pero, sobre todo, estas acciones sientan un precedente para la industria mexicana que nunca ha sido examinada, y donde muchos de los temas por los cuales juzgamos a maquilas orientales como explotación o contaminación, también suceden en México.
EL CRECIMIENTO DE LAS MARCAS MEDIAS
En años recientes se ha generado un crecimiento muy favorable de las marcas medias mexicanas, un segmento que quizás hace una década no generaba mucho interés en el consumidor local. Por ejemplo, en 2019, Ivonne se alió con Martha Debayle para crear una colección completamente diseñada por la empresaria y conductora. Las colecciones se agotaron rápidamente y así pasaron de ser la marca que estaba a punto de extinguirse en el centro comercial, a agotar ventas de cuatro colecciones en los últimos dos años, de diseño (guste o no) mexicano. Por otro lado, si con la entrada del fast fashion, las empresas mexicanas se vieron amenazadas, hoy han dado grandes pasos para competir. Ejemplo de ello son líneas como Cuidado Con El Perro, fundada en 2007 y que hoy cuenta con 180 tiendas a nivel nacional; o Shasa, con un poco más de antigüedad (1995), y que hoy ostenta 115 en todo el país. Esta última debe parte de su crecimiento a sistemas de integración de experiencia del cliente y a la digitalización de procesos tanto internos como de venta.
¿QUÉ CONSECUENCIAS PODRÍA TRAER?
Es difícil asegurar que a un fast fashion 100% mexicano se le puedan eximir acciones como la sobreproducción, la invitación al sobreconsumo y la calidad de sus productos. Sin embargo, abre el debate sobre todas las bondades de confeccionar prendas 100% locales –de fibra a display– y la activación económica que traería frenar la historia de solo ser un país productor a ser productores y consumidores. Si estas marcas ya están diseñando y vendiendo de manera local, el eslabón que falta es lograr una producción 100% nacional. Aun así, ¿el comprador mexicano pagaría el precio que ello implica?
EL CRECIMIENTO DEL MERCADO DE SEGUNDA MANO
En esta nota sobre la gentrificación de la ropa de segunda mano hablábamos del crecimiento que tuvieron plataformas como GoTrendier a raíz de la pandemia. Un año después, la plataforma reporta que en 2022 espera duplicar el crecimiento del 150% que ha tenido en años recientes. A esta tendencia responde también la llegada de nuevas plataformas a México, como Vopero, la startup uruguaya de ropa de segunda mano que desarrolló una app para comercializarlas y en la cual también invirtió la empresa estadounidense ThredUp, una de las líderes del mercado de ropa de segunda mano en Estados Unidos. La rentabilidad de este modelo de negocio está comprobada, la vemos tanto en apps, boutiques digitales o físicas, y bazares que seguramente seguirán surgiendo.
¿QUÉ CONSECUENCIAS PODRÍA TRAER?
Sin lugar a duda, todo tipo de retail de estas prendas seguirá creciendo y, por lo tanto, habrá que poner atención aún más a la gentrificación de la ropa de segunda mano; es decir, garantizar que para quienes esta categoría de prendas es su única opción, los precios sigan siendo accesibles. Además, el crecimiento de este mercado también podría aumentar el hiperconsumo, al dar la idea de que no importa cuánta ropa compres porque siempre puedes venderla en alguna de estas tiendas. ¿Será el crecimiento de la venta de ropa de segunda mano, no una solución, sino un síntoma del consumo desmedido?
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TEXTO: Natalia Silva
Fecha de Publicación:
Lunes 21/02 2022
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