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¿QUÉ NOS DEPARA EL 2024? EN MEDIO DE UNA CRISIS MEDIOAMBIENTAL, CÓMO HACER FRENTE A UN AÑO NUEVO VIOLENTO Y, POR SI FALTABA POCO, ELECTORAL.

Sobre el complejo escenario político en un año electoral: la elección presidencial.

Llega un nuevo año y las esperanzas y los buenos deseos se renuevan colectivamente como por arte de magia. Con el optimismo rebosante, trazamos arriesgadas metas y actualizamos nuestros propósitos para alcanzar una mejor versión de nosotros mismos.

Sin embargo, el entorno en el que nos encontramos suele ser un tanto más complejo. No vivimos en soledad, ni tampoco nos resulta ajeno lo que le sucede a nuestros semejantes; de ahí que el solo hecho de tener pensamientos positivos difícilmente funciona.

Así, la disposición por ver el lado más favorable de las cosas que provoca en las personas el mes de enero, empieza a dosificarse a lo largo de los meses para terminar difuminándose por completo a fin de año. Entre la rutina y lo inesperado, lo cierto es que cuesta mucho trabajo mantenerse con buen ánimo durante tanto tiempo.

Y es que el panorama social que atravesaremos a lo largo del 2024 en México no ayuda mucho a la causa. Los motivos para inquietarse y estar alertas son más que aquellos que nos invitan a relajarnos. Veamos por qué.

La elección más grande (y mediática) de la historia

Parecerá broma, pero cada seis años se nos repite que estamos ante la elección más grande en la historia del país. Aunque trillado, resulta verdadero; pues no es solo que el padrón electoral ha ido creciendo consistentemente, sino que después de varias reformas, las fechas de las elecciones en los estados se han ido homologando para que una gran mayoría coincidan el 2 de junio de este año.

De esa manera se elegirán más de 20,000 cargos de elección popular en todo el país, entre los que destacan: presidencia de la República, nueve gubernaturas, la totalidad del senado, así como de la cámara de diputados federales.

Esto, visto de manera simple, no sería otra cosa más que un mero ejercicio democrático. La renovación de representantes populares es algo sano y deseable para cualquier comunidad política. No obstante, bajo las actuales condiciones políticas, el escenario se torna preocupante por cómo se ha venido ejerciendo el poder durante los últimos años.

Trivialización de la política

Y es que antes que ver propuestas y debates serios, analizar con datos si vale la pena mantener al partido en el poder o darle la oportunidad a algún otro; lo que ofrecerán los candidatos durante las próximas semanas será un bochornoso espectáculo que oscila entre la estridencia y el discurso falaz.

Como buscando likes y no votos, una gran parte de los contendientes no tendrán pudor en bailar, cantar, hacerse los simpáticos con los jóvenes, contratar botargas y componer canciones; promocionándose como si fueran un producto, los candidatos dejan de ser políticos para convertirse en influencers.

Queda claro que para la elección de este año, entre más show, menos rendición de cuentas y responsabilidades. De poco servirá lo realista que sean las propuestas que escuchemos en campaña, o lo viable que resulten sus promesas, el escenario político exige todo menos congruencia. En tal sentido, no es que solo se tapizarán las ciudades con carteles de caras sonrientes y photoshopeadas, sino que la televisión y la radio se convertirá en una batalla campal por llamar la atención. Por más que uno no se quiera enterar, esto no será posible, pues los partidos alistan más de 52 millones de spots y promocionales para llamar nuestra atención.

Aunado a eso, habrá que tener presente que, como todo show, lo que buscan los políticos es ocultar lo importante. Todo será un performance para quienes sean candidatos, ya que poco se hablará de dos aspectos urgentes para atender y que deberían marcar la agenda de este año, pues condicionan cualquier escenario que se intente vislumbrar.

Violencia estructural

Nadie lo puede negar, por más que se maquillen cifras, se disimulan problemas o se quiera aparentar que el país marcha mejor; la violencia en México se ha normalizado hasta extremos insospechados.

No solo es que durante el primer día del año hubo 60 asesinatos, sino que durante las semanas subsecuentes se registraron múltiples masacres, secuestros de migrantes e incluso varios asesinatos a candidatos que contenderían para la elección de junio.

La violencia ha determinado nuestras vidas de una manera brutal. No es que algo vaya a cambiar con un nuevo partido político o acaso dándole la confianza a algún otro líder. El problema es tan profundo que su normalización ha invisibilizado muchos hechos violentos que hoy sencillamente pasan inadvertidos.

Emergencia climática

Por último y no menos importante, quizá uno de los aspectos que más resulta urgente abordar y realizar acciones para mitigar es la emergencia climática en la que estamos inmersos no solo como país, sino como comunidad global.

Es prácticamente imposible que el escenario social despliegue todo su potencial si se tienen condicionantes como las temperaturas extremas, las sequías y la falta de agua, los incendios forestales, o los huracanes y las tormentas cada vez más intensas.

De nueva cuenta, esto no lo solucionará una sola persona que venga a proponer resolver todo desde la política, mucho menos cambiando hábitos de consumo en lo individual. Si lo que en verdad se anhela es mitigar los efectos de la crisis climática, se requieren soluciones estructurales, debates generales, reformas profundas que provoquen consciencia respecto a cómo nos vinculamos todos con el medio ambiente.

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No todo está perdido, tampoco habría que refugiarse en el pesimismo y la inacción. La ventana de oportunidad que presenta este año invita a reflexionar sobre cómo aspectos como la emergencia climática, la violencia estructural y la trivialización de la política son males que nos amenazan a todos como sociedad. Y, frente a los sectarismos y los negacionistas de estos problemas, mejor conviene procurar ponernos de acuerdo en algunos mínimos. No puede ser tan difícil convencer a todos de que hay que pensar más allá de nosotros mismos, si queremos seguir pensando en un mejor futuro.


  • TEXTO: Juan Jesús Garza Onofre

Fecha de Publicación:
Miércoles 17/01 2024